Berlusconi cumple su palabra y expulsa a 118 extranjeros

ABC, 16-05-2008

VERÓNICA BECERRIL

CORRESPONSAL

ROMA. Ya lo había advertido Umberto Bossi, líder del partido independentista Liga Norte y nuevo ministro de las Reformas: contra los inmigrantes «mano dura». Y si la gente se toma la justicia por su cuenta, «normal: algo tendrán que hacer si la policía no actúa». Así que dicho y hecho. Italia presentó ayer el balance de la primera operación de Silvio Berlusconi para luchar contra la criminalidad extranjera, que concluyó con casi 400 arrestos

La noticia no podía llegar en mejor momento, tras los altercados vividos estos días en Nápoles, en los que se llegaron a lanzar cócteles molotov contra los campamentos de gitanos rumanos. De los 383 arrestados en una operación desarrollada en nueve regiones italianas, 268 eran extranjeros, acusados de tráfico de drogas, de favorecer la prostitución y robo, y provenientes en su mayoría de Rumanía, los Balcanes y el Magreb.

Las autoridades han decidido la expulsión de 118 de ellos, 53 de los cuales serán puestos en la frontera de manera inmediata. La medida le valió a Italia un recordatorio de la Comisión Europea de que las expulsiones de extranjeros deben hacerse «caso por caso». El ministro de Interior de Berlusconi, Roberto Maroni, calificó ayer de «infundada» la idea de que el Gobierno vaya a llevar a cabo «expulsiones en masa». La operación duró una semana, y contó con la colaboración de la policía rumana,

La población parece satisfecha. Pero los inmigrantes tienen miedo. «Vivimos aquí desde hace muchos años y nos queremos quedar en Italia, que es donde han nacido nuestros hijos», contó a este periódico María, una gitana bosnia de 30 años que vive junto a sus ocho hijos en un campo nómada en Roma. María explicó a ABC que con el nombramiento del nuevo alcalde de la capital, el conservador Gianni Alemanno, la situación puede empeorar. «Con la izquierda recibíamos ayudas, ahora no se sabe que va a pasar», afirma. De hecho, en la madrugada de ayer se desmanteló uno de los campos nómadas más grande de la Ciudad Eterna.

«Racismo» entre gitanos

Muchos recuerdan que los gitanos son los primeros «racistas» contra sus homólogos rumanos. «Ellos roban y hacen cosas malas, y la gente piensa que todos somos iguales; a mi no me gustan los gitanos rumanos, aunque hay de todo», sentenció María, resumiendo el sentimiento de muchos, extranjeros e italianos. En los campos nómadas gestionados por los ayuntamientos, se realiza un control periódico, y sólo los inmigrantes con papeles pueden quedarse. A estos, se les ofrece controles sanitarios, y un autobús escolar para que los niños vayan al colegio.

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