La Fiscalía de Ferrol ha emprendido acciones en contra de una mujer que contrajo matrimonio en la iglesia parroquial del barrio de Santa Mariña, el pasado 6 de octubre, con un ciudadano de Nigeria. Se da la circunstancia de que la misma contrayente se había casado en otra iglesia de Aranda del Duero, el pasado 21 de septiembre, con otro nigeriano. Se considera que se trata de un posible delito de bigamia, castigado por el Código Penal español.

No se descarta que la sospechosa esté vinculada a la red que se dedica a la regularización ilegal, por la vía matrimonial, de africanos procedentes de Nigeria. Estas tramas recurren a ceremonias religiosas porque las oficinas del Registro Civil de España tienen órdenes de su dirección general para que se extremen los controles de los expedientes matrimoniales cuando uno de los contrayentes es extranjero. Ocurre que, merced al Concordato, si la boda es religiosa católica, es el párroco quien está legitimado para tramitar el expediente administrativo, del que luego da cuenta al Registro Civil.

El pasado marzo ya se había descubierto un intento de matrimonios irregulares en la principal iglesia de Ferrol (San Julián), igualmente por una banda de africanos que fueron descubiertos y denunciados. No obstante, es en el entorno de Madrid y Valencia donde en las parroquias son víctimas con más frecuencia de este engaño, hasta el punto de que la jerarquía católica, a través de sus boletines internos dirigidos a los sacerdotes, ha ordenado también que se extreme la vigilancia.

Los testigos

La sección de extranjería del Cuerpo Nacional de Policía fue la que descubrió este último caso de Ferrol e informó a la autoridad judicial. La sospechosa tiene 22 años, si bien pueden ser acusados también de otros delitos los testigos que firmaron el acta al colaborar con una actividad fraudulenta.

El casamiento, si se confirma que se trata de un caso de bigamia, sería nulo por su vicio de consentimiento. No obstante, la imputada sería únicamente ella, y solo en el caso del segundo matrimonio celebrado en Ferrol, por lo que mantendría su validez legal el de Aranda del Duero salvo que se demuestre que también estaba viciado.