Crecen las protestas contra el paquete de medidas anti inmigración que el Gobierno de Silvio Berlusconi se propone aprobar en los próximos días por medio de un decreto ley urgente, es decir, sin debate parlamentario.

El Gobierno de Rumanía hacía ayer oír sus reproches contra una normativa que, en su opinión, podría fomentar la xenofobia hacia los ciudadanos de ese país al prever el cierre de las fronteras italianas para los rumanos (lo que implicaría la suspensión del Tratado Schengen) y el desmantelamiento (con el arresto y posterior expulsión del país) de los gitanos rumanos que viven en campamentos ilegales. «No permitiremos que los rumanos honestos que viven en Italia se vean perjudicados o que nazcan sentimientos anti rumanos o xenófobos en Italia», declaraba Teodor Melescanu, ministro de Defensa de Rumanía. Además, el Ejecutivo rumano anunciaba el envío a Roma de manera urgente de su ministro de Exteriores, Cristian David, para mostrar su malestar y dar a conocer al Gobierno italiano las propuestas de Bucarest para resolver el problema de la criminalidad relacionada con algunos inmigrantes rumanos.

En la misma línea, el primer ministro rumano, Calin Popescu Tariceanu, acusaba a las autoridades italianas de no haber actuado con la debida firmeza y de haber permitido la creación de poblados chabolistas en las afueras de las grandes ciudades italianas en los que la criminalidad ha encontrado su caldo de cultivo.

Pero el decreto en materia de seguridad – que según aseguraba ayer Roberto Maroni, ministro de Interior, se aprobará en el Consejo de Ministros de la próxima semana – no sólo aplica mano dura contra los inmigrantes sino también contra los criminales, endureciendo las penas por los delitos que generan alarma social. El Gobierno de Il Cavaliere no descarta sacar el Ejército a la calle en algunas ciudades italianas que registran elevados índices de criminalidad, como Nápoles. «El Ejército suele emplearse generalmente en la defensa externa, no interurbana, pero no descarto nada», indicaba ayer el ministro de Defensa, Ignazio La Russa, al periódico La Sicilia.