Manifestación

Palomino, medio año después

El Mundo, CARLOS MEDRANO, 12-05-2008

Alrededor de 400 jóvenes pertenecientes a los círculos antifascistas recorrieron ayer la calle de Marcelo Usera para recordar a Carlos Palomino, el joven de 16 años asesinado en el Metro de Legazpi hace seis meses La sabiduría popular asegura que el tiempo cura todas las heridas, pero no parece que éste sea el caso para los amigos y compañeros de Carlos Palomino, que no dudaron en convocar ayer una manifestación para recordar los seis meses que han pasado desde su asesinato en el metro de Legazpi.


El difunto tenía 16 años y frecuentaba los círculos cercanos a la izquierda radical. Murió el pasado 11 de noviembre a manos de un supuesto activista ultraderechista dentro de la misma estación, cuando pretendía ir a protestar contra una marcha que ese día organizaba un partido de extrema derecha.


Al homenaje, se sumaron unos 400 jóvenes que, al mediodía, se dieron cita en la plaza de Julián Marías. Este punto no fue elegido al azar, dado que es el mismo lugar donde, hace medio año, tuvo lugar el acto de extrema derecha contra el que Carlos pretendía manifestarse.


Preocupación


Algunos vecinos de la zona se unieron a la multitud porque aseguraron sentirse preocupados «por el auge del fascismo en un barrio con una alta presencia de inmigrantes». Los congregados recorrieron entre cánticos y consignas la calle de Marcelo Usera hasta el mismo lugar en el que falleció Palomino, en la parada de Metro de Legazpi a la altura del número 32 del Paseo de las Delicias.


La mayor parte de los presentes eran hombres que rondaban la veintena y portaban banderas rojas y negras. Casi todos mostraban una estética típica de la izquierda radical con los rostros tapados, sudaderas con capucha, sin olvidarse de las botas y los pantalones militares. En esta ocasión, prefirieron no llevar encima carteles o pegatinas con las siglas de las formaciones a la que pertenecían y se limitaron a portar una gran pancarta que rezaba «Carlos, seis meses sin ti. El mejor homenaje, continuar la lucha». La idea era dar todo el protagonismo al joven y mostrar un frente único y sólido.


No obstante, a pesar de mantener este inusual anonimato, casi todos los manifestantes tenían relación con la Coordinadora Antifascista que aglutina a su alrededor a numerosos grupos de ultraizquierda. La marcha transcurrió sin incidentes y fue sometida a una fuerte vigilancia por parte de numerosos efectivos de la Unidad de Intervención Policial, conocidos popularmente como antidisturbios.


A lo largo del recorrido, los jóvenes se dedicaron a corear consignas en contra del fascismo, el racismo y la Policía. Muchos de ellos recordaron a voz en grito que el asesino de Palomino era también soldado profesional, por lo que pronto se escucharon estribillos en contra del Ejército.


Contra la extrema derecha


Al grito de «Ilegalizar Democracia Nacional», en referencia al partido de ultraderecha o «No pasarán», los integrantes de la marcha llegaron sobre las 13.00 horas a la boca de Metro donde pereció el joven antifascista. Allí, leyeron un manifiesto en el que deploraron que se les calificara en el pasado como «banda» y se mostraron muy molestos con que se les compare con sus archienemigos: los grupos fascistas.


Asimismo, reprocharon a las instituciones políticas que permitan a los partidos de extrema derecha que puedan organizar actos porque «fomentan la xenofobia y el odio». A continuación, se procedió a leer un par de poemas en los que se exaltó la figura de Palomino.


Por fin, los organizadores clausuraron el acto, sustituyendo una placa de piedra en recuerdo de Palomino que estaba dañada. La original fue colocada al lado de la boca de Metro el pasado 24 de noviembre. Sin embargo, se encontraba ilegible por la acción de unos desconocidos que la habían destrozado.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)