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Vecinos que temen a la droga y a la chatarra, y gitanos que defienden su derecho a una «casa para vivir»

La Voz de Galicia, Lucía Rey, 09-05-2008

| Polémica en las viviendas sociales

«Si los quieren integrar, no pueden meter a treinta familias en el mismo lugar». Esa es la opinión que comparten buena parte de los habitantes del barrio lucense de A Ponte, en el que la Consellería de Vivenda adjudicó a familias gitanas 30 de las 57 viviendas de promoción pública allí construidas. La situación se complica ya que buena parte de los adjudicatarios proceden del poblado marginal de O Carqueixo, y los vecinos temen que se acabe formando un nuevo gueto. «¿Dónde van a poner la chatarra? Aquí no hay sitio y esa gente solo vive de eso», denunció Amparo Carballo, una vecina.

«Ninguén está en contra de que manden a tres ou catro familias, pero o que nos parece ilóxico é que metan o poboado completo», matizan en uno de los negocios que lleva días recogiendo firmas contrarias a lo que han denominado «realojo total o parcial del asentamiento chabolista». «Esto es trasladar al barrio de A Ponte el de O Carqueixo, donde, digan lo que digan los políticos, hay droga», denunció otra mujer.

Desde el martes, y a diario, un grupo de vecinos se concentran en la entrada del puente romano y cortan el tráfico durante unos veinte minutos. «Seguiremos hasta que se consiga» corregir la situación, reivindicó Pilar, otra vecina.

Impaciencia en el poblado

Mientras, en O Carqueixo varias familias aguardan con impaciencia mudarse a la vivienda social que será su hogar. Es el caso del núcleo familiar de Gerardo Montoya, de 44 años, que ayer relató a La Voz que lleva «seis años pidiendo una casa para vivir», para él, su mujer y sus siete hijos. «Llevo diez años fuera de la cárcel y no tengo nada pendiente», destacó con orgullo, al tiempo que mostraba la ventana sin cristales, el suelo roto y las paredes desvencijadas de su domicilio actual.

¿Qué opinan de las quejas? «Hay mucho racismo», sostuvo Emilio Montoya, otro vecino. En su opinión, la convivencia entre gitanos y payos es posible. Y afirmó que en zonas de Lugo, como Sagrado Corazón o As Gándaras, residen gitanos en «pisos de jornal: pagan un alquiler de 150 euros y conviven sin problemas […] Si se parte un cristal, hay que ponerlo; un piso hay que tenerlo cuidado y limpio, no como esto».

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