«El flamenco tiene un 'cante de ida y vuelta', nostalgia del emigrante»

Diario Vasco, BEGOÑA DEL TESO, 09-05-2008

S e llama Rafael Gómez Priego. De Montilla, Córdoba. Con 14 años tiró para Arrasate – Mondragón. Entró de aprendiz en una fábrica de máquina herramienta. Hoy es su jefe de producción. Fundador y secretario del Centro Cultural Al – Andalus: 400 socios. Las bases del concurso de cante de Arrasate, famoso en medio mundo, aparecen incluso en Webislam.com. Hoy Rafael llega a Donostia para charlar sobre La poesía del flamenco. Acompañado al cante por Sebastián Fraile y a la guitarra por Iván Gormaz, de Llodio. A las 19.30.

- ‘Con la música en el pico, pajarillo de Graná…’

- …Tu canto se queda chico porque no puedes sonar con la voz de Federico.

- Emociona, ¿de qué se trata?

- Es la letra de una granaína, uno de los palos del flamenco que se cantarán hoy a la tarde en nuesttra conferencia – charla.

- Seguro que la granaína beberá en la nostalgia de los moros que debieron abandonarla. De Boabdil El Chico, del Lorca asesinado….

- Dices bien. La granaína luce también el dolor de los moriscos expulsados, de los árabes cristianos.

- Del ciego aquel que sabía que no puede haber crueldad mayor que serlo en Granada.

- Porque el flamenco es cante de nostalgia, dolor, sentimiento. También de alegría. Y de trabajo.

- … De ahí el Festival del Cante de las Minas que se celebra en La Unión.

- Hay en el flamenco palos que son absolutamente mineros, como la taranta. Repito, no es sólo el canto de un pueblo que ama y sufre. Existen músicas en el flamenco que son músicas que sonaban mientras laboraban los gremios.

- ¿Las ‘trillas’, por ejemplo?

- Por ejemplo. Se cantaban mientras el pueblo trillaba la tierra en las eras. Y está el martinete, que no se acompaña a la guitarra sino con el sonido del martillo que golpea el yunque porque era el cante de la fragua, del herrero.

- Y luego, aquellos que cantaban en las eras, las minas y las herrerías, deben emigrar muy lejos.

- Se fueron a América. A Cuba. A Colombia. Al sur. Mezclaron su cante con el de otros emigrantes. Y con los de los nativos.

- Algunos regresaron.

- Y el flamenco se engrandeció una vez más con lo que ahora se llama el cante de ida y vuelta.

- Creo que la Federación Guipuzcoana de Casas Regionales reserva su premio en el festival de Arrasate precisamente a ese cante.

- Lógico, ¿no? El símbolo de la Federación misma es una golondrina, la que va y vuelve…

- ¿Cantará Sebastián, durangotarra con raíces en Ciudad Real algún palo del emigrante?

- Una colombiana, sí. Oiremos una granaína, unos fandangos, una malagueña y un romance.

- Nunca oí hablar del ‘romance’.

- Un palo que se canta a pelo, sin acompañamiento de guitarra. La letra del que nosotros escucharemos es de un poema de Lorca.

- Por cierto, ¿quién era aquella que ‘se cimbreaba a los ritmos de la ciudad de Gades’?

- Una bailarina que vivió hace miles de años en Cádiz (su nombre en latín es, precisamente, Gades). De ella, de su arte, de la música que la hacía moverese, escribió Marco Valerio Marcial.

- Suena a senador romano.

- No andas descaminada. Fue un historiador romano que vivió entre los años 40 y 104 a.d.C. La suya es una de las primerísimas noticias que se tienen del flamenco.

- Árabes, gitanos, romanos, andaluces, emigrantes. ¿Y las influencias de este siglo, o del XX?

- El flamenco, como algo vivo y fundamentalmente mezclado, se enriquece continuamente. Aunque los puristas, los cabales, les hagan hoy ascos, el acercamiento del flamenco a la copla con Caracol, por ejemplo y los atrevimientos actuales de Niña Pastori o Pata Negra puede que sean considerados fundamentales para el cante dentro de una decena de años.

- A la gente le gusta la sevillana pero la soleá, la seguidiya, le imponen un respeto invencible.

- Pero si a través de la sevillana penetras en el núcleo más duro del flamenco, no podrás apartarte jamás de la belleza profunda del quejío y la soleá. O del garrotín, que llega del folklore asturiano, a través de los gitanos catalanes…

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