La mitad de las familias de inmigrantes sufre privaciones

El País, MIKEL ORMAZABAL, 06-05-2008

La pobreza en Euskadi está desplazándose a una gran velocidad hacia los hogares de los inmigrantes. Pese a que todavía representan sólo el 5% del total, la mitad de las familias de extranjeros padece algún tipo de privación para hacer frente a las necesidades básicas. La desproporción es mayúscula frente a las familias autóctonas, donde esta situación afecta en alguna forma al 6,4%. Una encuesta realizada por el Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social, referida al año 2006, aunque dada a conocer ayer, concluye que la población extranjera es, por encima de las mujeres y los jóvenes, el nicho donde más están creciendo las situaciones de máxima necesidad.

El 21% de los hogares formados por inmigrantes presenta múltiples problemas de privación. Son las familias que no tienen recursos suficientes para alimentarse, usan ropa de segunda mano, tienen desperfectos en sus casas o no cuentan con ingresos para hacer frente a lo más elemental para vivir. Si a éstas se añaden las que tienen alguno de estos tipos de necesidad, el porcentaje se eleva al 50% de los hogares de extranjeros.

Este fenómeno se ha acompasado con el efecto contrario en las familias autóctonas. La pobreza extrema ha descendido en estos casos de forma “notable” en los últimos años, según explicó el consejero Joseba Azkarraga. Pese a ello, todavía existen en Euskadi 53.600 hogares que no disponen de ingresos mensuales suficientes para hacer frente a sus gastos. Esta cifra se redujo más de la mitad en el periodo estudiado.

La encuesta se realizó en el último trimestre de 2006 tras consultar a 4.500 hogares. Entre sus conclusiones figura que sólo el 1% de la población vasca se reconoce pobre y otro 2% se declara “más bien pobre”.

El estudio establece cuatro grandes grupos de población que sufren diferentes “situaciones de privación”. El grado más extremo comprende a quienes sufren varios factores de necesidad (alimentación, ropa, desperfectos en sus casas, falta de recursos para los gastos elementales para vivir…). Le sigue el grupo de personas que padecen alguna de las anteriores carencias y los que tienen problemas para afrontar sus gastos de ocio. La escala se completa con las personas que reconocen no tener ninguna privación importante.

En Euskadi existen 14.415 hogares (80.983 personas) con privaciones múltiples y en una situación de necesidad extrema. A estos se suman otros 39.179 hogares (107.118 personas) que viven una situación de pobreza grave o severa.

El mapa de las necesidades sociales, según explicó el consejero, mejoró de forma considerable en el periodo estudiado. La proporción de las personas que reconocían estar en alguna situación de privación importante (los tres primeros estadios de la escala) cayó de 362.032 a 181.587 personas (del 17,4% al 8,5% de la población).

El consejero atribuyó la fuerte caída de las bolsas de pobreza y el aumento del bienestar familiar a la buena situación económica que ha experimentado en los últimos años el País Vasco y el consiguiente descenso de las tasas de desempleo. También resaltó el “buen funcionamiento” del sistema vasco de protección social y de inserción de los más desprotegidos.

No obstante, el estudio pone de manifiesto que el 4,9% de los hogares no cuenta con ahorros suficientes para hacer frente a sus gastos habituales y otro 17,1% no se siente capaz de afrontar los gastos extraordinarios que les puedan surgir.

La situación se agrava en las familias encabezadas por mujeres, que en el 6,2% de los casos se ven afectadas por la pobreza, frente al 2,3% de las dirigidas por hombres. También es acusada la proporción de familias jóvenes, menores de 35 años, que presentan privaciones graves: un 41% de los casos.

Los resultados de la Estadística de Demanda de Servicios y Necesidades Sociales, que no guarda ninguna relación con la Escueta de Pobreza que realiza cada cuatro años el Gobierno, según aclaró Azkarraga, ponen de manifiesto la relación existente entre la pobreza y el desempleo. Así, el 3,7% de la población en edad de trabajar (53.880 personas) encuentra algún problema para incorporarse al mercado laboral. El 5% de los hogares cuenta en su seno con al menos una persona que lleva más de 18 meses en el paro, trabaja sin tener papeles o lo hace en el empleo sumergido. Del mismo modo, el 11,5% de la población (247.00 personas) asegura que quiere formar un hogar independiente y no puede hacerlo por problemas económicos, a pesar de que tres de cada cuatro están ocupadas.

Frente a estas situaciones, Azkarraga detalló las ayudas que su departamento otorga para mejorar el bienestar de las familias. Un 4,1% de los hogares se benefició de las prestaciones de renta básica o las ayudas de emergencia social. “El grado de cobertura [de estos subsidios] alcanzó en 2006 el 86,6% de los hogares demandantes”, dijo el titular de Justicia. Con esta radiografía de la pobreza, concluyó afirmando que “todavía hay demasiadas personas que no llegan al nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos”.

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