Justicia y Salud comparten más de100 intérpretes para atender a los extranjeros

En el Seris se prioriza que tengan conocimientos del entorno sanitario No están en plantilla y cobran una cantidad estipulada por servicio

El Correo, F. CABALLO, 05-05-2008

El aumento de la población extranjera en territorio nacional es un hecho. Muchos llegan a España con la intención de buscar una oportunidad que les augure un mejor porvenir del que disponen en su país natal. Muchos llegan con un contrato de trabajo bajo el brazo, para hacer labores que los españoles prefieren no realizar. Otros vienen a la ‘aventura’, sin tener los papeles en regla, con lo que todo les resulta más difícil, entre ello, aprender castellano. Esta creciente internacionalización de la sociedad ha hecho que Justicia y Salud compartan más de cien intérpretes para poder atenderlos adecuadamente.

Los traductores suelen ser voluntarios que ofrecen su disponibilidad para atender cualquier demanda de estos campos. No forman parte de la plantilla, pero se les paga por el tiempo que están realizando la tarea encomendada.

En La Rioja hay un total de 36.825 extranjeros, según los últimos datos del INE. Proceden de diversos lugares del globo terráqueo, con lo que idiomas tan exóticos como el swahili, lingala, mandingo, kikongo, urdu, árabe y chino conviven con otros más comunes como el inglés, francés o el alemán, en nuestra comunidad.

El Servicio Riojano de Salud (Seris) comenzó en 2006 a recurrir a intérpretes. «Vimos la necesidad. Esta provincia es una tierra de paso, por el Camino de Santiago, y no hay fronteras, con lo que muchos foráneos no saben castellano. Los inmigrantes que se instalan en la región enseguida aprenden el idioma, pero a veces llegan solos y no tienen a nadie, con lo que les cuesta mucho más», comenta Manuel Oliveros, jefe del Servicio de Atención Sociosanitaria del Hospital San Pedro de Logroño.

Salud utiliza la lista de intérpretes de Justicia, que cuenta con cerca de 130 personas, casi todos extranjeros con nacionalidad española. «Compartimos la misma gente, pero nosotros priorizamos y elegimos a los que tienen conocimientos del entorno sanitario, son enfermeras o trabajadores sociales. Con lo que hemos realizado una pequeña depuración», afirma Oliveros.

La familia como recurso

El primer recurso cuando llega un enfermo a un centro sanitario riojano es pedir ayuda a familiares, amigos o conocidos. Si ninguno de ellos está disponible se recurre a los intérpretes a los que se avisa con 24 ó 48 horas de antelación.

En el Servicio Riojano de Salud hay un traductor masculino y otro femenino para cada lengua. «Primero vemos en qué idioma habla el sujeto en cuestión y después analizamos las connotaciones culturales que pueda haber. Por ejemplo, si es una revisión ginecológica, la intérprete tiene que ser una mujer», remarca el responsable del Servicio de Atención Sociosanitaria.

Otra de las líneas en las que se está trabajando es en la traducción de documentos para facilitar las labor a los médicos. De momento, sólo Pediatría cuenta con cuestionarios en diferentes idiomas: rumano, árabe, urdu, francés e inglés. Oliveros señala que «Pediatría es donde más necesidad tenemos. El escrito es una especie de entrevista, muy completa, en el que el paciente sólo tiene que responder sí o no. Está en castellano y en el idioma que conoce la persona atendida».

Hanan Ibntaouit Britel, de origen marroquí, es una de las intérpretes que acude con regularidad al San Pedro. Hanan ve su labor no sólo como una mera traducción sino también como mediación. «Las personas suelen llegar de culturas diferentes y no están acostumbradas, por eso, hay que tratar de explicar cómo funciona la sanidad aquí, el por qué de la hospitalización y explicar las medidas preventivas. Esto es positivo, ya que se sienten más confiados y relajados», dice.

Ajeno al proceso

El Tribunal Superior de Justicia de La Rioja ha visto incrementadas durante los últimos años las actuaciones que necesitan traductor. El pasado año 2007 superaron las 300. Las diferencias con Salud son numerosas. La justicia riojana recurre a intérpretes que conozcan bien el idioma en cuestión. En principio, no se exige acreditación, ni titulación, aunque se valora, si existe. Además, lleva a rajatabla que el traductor sea ajeno al proceso judicial en el que va a intervenir.

Generalmente se requiere traducción simultánea, mientras que el vertido de textos escritos representa muy poco del total de la labor de los traductores, que cobran proporcionalmente al número de palabras traducidas o al tiempo invertido.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)