Los últimos datos sobre inmigración en Barcelona señalan que ya representa el 17,3% de la población. Los ecuatorianos siguen siendo el colectivo más presente, seguido de los italianos, cuyo número ha crecido debido a la situación económica de ese país y a la atracción que sobre él ejerce Barcelona. Pero de las cifras debe resaltarse que la mayor parte del incremento de población extranjera se debe al reagrupamiento familiar, que ha aportado 30.000 nuevos residentes en un año. Este aumento se produce cuando Barcelona, como toda España, sufre una desaceleración económica que comportará problemas relacionados con la vivienda y el empleo, que tendrán a los inmigrantes entre sus primeras víctimas y que se reflejarán en la vida cotidiana de la ciudad. Es deber de las autoridades municipales contribuir a que ese impacto sea el menor posible y emplear todos sus esfuerzos en evitar situaciones de exclusión social y conflictos ciudadanos como resultado de este fenómeno.