Recién llegados

La Vanguardia, Toni Coromina , 30-04-2008

Educació creará en Vic un centro escolar de acogida para los hijos de la inmigración que lleguen a medio curso
Apartir de septiembre, el Departament d´Educació pondrá a prueba en Vic un centro escolar de acogida para los hijos de los inmigrantes que lleguen a medio curso, con las clases ya iniciadas. En este marco aprenderán nociones básicas de lengua y conocimientos de la realidad social del país, amén de nociones sobre sus derechos y deberes ciudadanos, antes de incorporarse a una escuela ordinaria.

Hace unos meses, cuando la Generalitat hizo público el proyecto, su objetivo era la integración de los recién llegados en un centro transitorio separado de las escuelas. Para el alcalde, Josep M. Vila d´Abadal, se trataba de facilitar que este colectivo fuera bien recibido, además de “una medida para reducir el número de plazas que se deben reservar para los inmigrantes que llegan a medio curso, y una forma de solucionar los problemas de las familias autóctonas que no pueden escoger escuela porque no hay las plazas suficientes”.

La propuesta levantó un intenso debate ciudadano. Así, los directores de los diez centros de educación pública primaria y secundaria de Vic enviaron una carta al conseller de Educació, Ernest Maragall, en la que calificaban el proyecto de “segregador y artificial”. Una postura similar a la de los sindicatos Ustec-STEs, CC. OO., Aspec-SPS i UGT.

Nadie pone en duda que la llegada de escolares a medio curso comporta problemas de estructuración y adaptación de los nuevos alumnos y de los que asisten a clase desde el primer día. Hasta ahora, los que se incorporaban a las escuelas con el curso en marcha lo venían haciendo en aulas de acogida ubicadas en la mayoría de los centros ordinarios. Las dificultades inherentes en este entorno se amortiguaban con la asistencia personalizada y con clases de refuerzo. La ventaja del sistema, aún vigente, es que, aparte de fomentar la adaptación a la escuela, propicia la socialización en el aula más integradora de todas: el patio.

Según los críticos con el proyecto de la Generalitat, la solución está en perfeccionar el actual sistema, dotando a las escuelas de recursos e invirtiendo en la creación de profesorado especializado; y reservar plazas para los recién llegados, para evitar concentrarlos en guetos. Así se podría favorecer la mejora de la calidad educativa y el perfeccionamiento de las aulas de acogida ya existentes.

Si la integración es el proceso con que la sociedad asimila los elementos que le son heterogéneos, y la segregación consiste en separar del colectivo social a grupos diferenciados, aplicándoles una legislación especial, nos hallamos ante la difícil paradoja de fusionar dos conceptos antitéticos. ¿Se puede integrar separando?

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