Aumenta en la ciudad la presencia de italianos de alta formación que vienen a desarrollar su carrera

La otra inmigración

La Vanguardia, , 30-04-2008

LUIS BENVENUTY – Barcelona
Los italianos no vienen únicamente a Barcelona a lucir grandes gafas de sol, disfrutar de la noche y conquistar mujeres durante seis días o seis meses. Cada vez son más los profesionales altamente cualificados de aquel país que escogen estas latitudes para desarrollar su carrera. Una de las personas que están contribuyendo a que los italianos sean hoy por hoy el colectivo extranjero que más crece en Barcelona es Fabrizio Ferraro, napolitano, 37 años, sociólogo, economista, formado en la Universidad de Stanford y desde el 2003 profesor adjunto de dirección estratégica en la escuela internacional de negocio de IESE Business School. Un ejemplo de la otra inmigración.

“Cada vez hay más italianos que escogen Barcelona para trabajar – explica-, lo hacen porque el cambio no es traumático”. Por la cercanía geográfica, por la proximidad cultural. Porque en Londres en invierno se hace de noche a las cuatro de la tarde. “Y porque Barcelona ofrece el punto medio ideal. Representa la espontaneidad controlada. Yo soy de Nápoles, una ciudad extremadamente alegre, viva y caótica, pero antes de venir aquí estudié seis años en Estados Unidos, un país donde todo está mucho más reglado. Barcelona es una ciudad mediterránea con toques del norte de Europa. No ofrece las oportunidades de París o Nueva York, pero es un buen lugar para empezar”. Al llegar, ya un lustro atrás, Ferraro no sabía cuánto tiempo viviría en Barcelona. Pero ahora reconoce que cada día que pasa aquí es una raíz más que echa. “Yo trabajo con personas de medio mundo, de modo que no me saturo de Barcelona”.

Su pareja es catalana, una raíz más. “Me siento italiano, pero también me siento ciudadano catalán. Todos los días leo un diario italiano y otro catalán. Pago mis impuestos y me da rabia no poder votar ni influir en la sociedad en la que vivo. Supongo que eso es lo único que me falta para estar completamente integrado en Catalunya”. Este papel de espectador es lo que menos gusta a Ferraro. Pero aunque su futuro lo desconoce, por ahora, está aquí.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)