LA INMIGRACIÓN CRECE EN LA CAPITAL CATALANA

Barcelona mestiza

Más de 280.000 residentes en la capital catalana, 30.000 más que hace un año, son extranjeros

La Vanguardia, , 30-04-2008

RAMON SUÑÉ – Barcelona

VUELTA A CASA Los ecuatorianos son aún el colectivo más numeroso pese a que pierden efectivos

NACIMIENTOS Un 30% de los niños nacidos en el 2007 tenía al menos un progenitor foráneo
Barcelona es cada vez más una ciudad de mezcla. Así lo confirman los últimos datos sobre la inmigración, que sitúan ya en un 17,3% de la de la ciudad el porcentaje de extranjeros que en ella residen. En el padrón municipal figuraban inscritos el pasado 1 de enero 280.817 personas de nacionalidad no española, casi un 12% más que hace un año. Dicho de otro modo, la población extranjera aumentó en poco más de 30.000 personas en el 2007.

El crecimiento, aun siendo importante, queda lejos en términos relativos de los que se dieron en los años de mayor flujo migratorio, el 2001, cuando el número de no españoles aumentó un 53,8%, y el 2002, cuando lo hizo en más de un 43%. Rompe, no obstante, con la tendencia observada el año pasado, en que por efecto de la depuración del padrón – del que desaparecieron cerca de 40.000 extracomunitarios sin permiso de residencia permanente- bajó el número de foráneos en casi 10.000. En el 2007 el proceso de reagrupamiento familiar, que llevó al Ayuntamiento a inspeccionar más de 7.000 pisos para comprobar si reunían las condiciones, es el gran responsable del aumento.

Aunque en Barcelona conviven hombres y mujeres de 160 nacionalidades, el mapa de la inmigración es básicamente latinoamericano. El 46% de los extranjeros empadronados en este municipio proceden del Nuevo Continente. Los ecuatorianos encabezan un año más el ranking de nacionalidades, aunque muchos han emprendido el viaje de regreso a su país: llegaron a ser más de 30.000 y hoy son menos de 23.000.

De este modo, el pronóstico que señala que los italianos se convertirán en el grupo nacional más numeroso está ya muy cerca de convertirse en una realidad. El mal momento económico, social, político y hasta creativo que vive el país transalpino hace que muchos de sus habitantes abandonen su tierra y recalen en otras zonas y, en particular, en una ciudad tan atractiva para ellos como es Barcelona. La población italiana se incrementó en el 2007 en más de 3.287 personas – fue la comunidad que más creció-, si bien en ese cómputo se incluye un número indeterminado de argentinos que entran en España con pasaporte italiano.

Otras nacionalidades con una presencia cada vez mayor en Barcelona son la boliviana, la brasileña y la paraguaya. También repuntan los pakistaníes, que han dejado de concentrarse sólo en el Raval para asentarse en otros distritos y en el área metropolitana, y los chinos, con incrementos de población en torno a las 2.000 personas en el último año.

Las cifras del padrón confirman que el fenómeno de la inmigración hace tiempo que dejó de ser exclusivo de unos pocos barrios. Les Corts y Sarrià-Sant Gervasi, que permanecieron largo tiempo ajenos a esta tendencia imparable, tienen ya más de un 11% de población extranjera, aunque ello se debe en gran parte a la afluencia de comunitarios. Por encima de la media de la ciudad se encuentran Ciutat Vella (39,7%) y Sants-Montjuïc (19%), distritos que suman un contingente de 90.000 extranjeros. En términos absolutos, el distrito con más población, el Eixample, es también el territorio con mayor número de no españoles.

La fuerte presencia de inmigrantes tiene un impacto notable en la natalidad. En casi un 30% de los cerca de 15.000 nacimientos registrados en la ciudad durante el 2007 el padre, la madre o ambos progenitores tenían nacionalidad extranjera.

El perfil del extranjero empadronado en Barcelona responde al de una persona joven, entre 25 y 39 años. Sólo el 2% de los residentes de origen inmigrado tienen más de 65 años, un contraste radical con el conjunto de la población de la ciudad, que cuenta con más de un 21% de mayores de esa edad. Hay más hombres (52,7%) que mujeres (47,3%).

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