El nuevo Parlamento italiano, que contará solo con cinco formaciones políticas en vez de las 26 que tenía hace dos años, se reunió ayer en su sesión constituyente en Roma, dos semanas después de la victoria de la coalición conservadora liderada por Silvio Berlusconi.

El senador siciliano Renato Schifani, de 57 años, fue elegido presidente del Senado con 178 votos. En el Congreso, Gianfranco Fini (de la posfascista Alianza Nacional) no logró la mayoría de dos tercios necesaria para presidir la Cámara.

El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, socio de Berlusconi y probable ministro, afirmó que se «debe expulsar a los inmigrantes» y usar para ello «todos los instrumentos que sirvan». Bossi hizo esa declaración en la puerta del Congreso, donde entró entre los aplausos de un grupo de seguidores. Luego amenazó con el recurso a las armas a quienes no estén de acuerdo con el federalismo fiscal, que no apoya la izquierda. «No sé qué quiere la izquierda, nosotros estamos preparados. Si quieren enfrentamientos tengo trescientos mil hombres siempre dispuestos, dijo. Y recordó que Berlusconi «se ha casado con la Liga y ahora debe obedecer».