Las ondas hispanas despiertan a EEUU

El Mundo, JULIO VALDEON. Especial para EL MUNDO, 20-04-2008

Dos emisoras de radio en castellano, La Mega y La Kalle, políticamente incorrectas y con una buena ración de ‘reggaeton’, son líderes de audiencia en las mañanas de Nueva York El punto retórico pasa por cantar los triunfos del español; decir, por ejemplo, que Estados Unidos alcanzará el bilingüísmo en dos generaciones. Pero lo cierto, al menos en Nueva York, es que la radio habla en la lengua de Cervantes. La Mega y La Kalle son las abanderas de la radios hipanas. Algunas mañanas la primera ha liderado los índices de audiencia en el área metropolitana.


Las emisoras de radio hispanas han recorrido un largo camino desde la época en que sus representantes de publicidad ni siquiera eran admitidos en las concesionarias de automóviles ni las cadenas de almacenes. Desde mediados de 1998, su cuota de oyentes ha mostrado un notable incremento, pasando de un 6,7% del mercado en 1998 a un 10,2% a finales del 2005.


Tampoco debiera sorprender. Con sus generosas raciones de reggaeton, merengues y bachatas, su guasa constante, los guiños a las comunidades dominicana y puertoriqueña (dos de las más numerosas) y la facilidad de sus locutores estrellas para enhebrar palabras en slang (lenguaje muy informal que usualmente es más hablado que escrito), las emisoras atruenan en los Deli¿s (populares tiendas de ultramarinos) y ejercen como banda sonora oficiosa de los otros, los indocumentados y los que obtuvieron papeles hace varias generaciones, unidos todos por el color de su piel, la memoria compartida del inmigrante y, sí, el idioma.


La Mega, la más popular de las dos emisoras, acumula un pasado ilustre. Sus orígenes alcanzan los primeros años de la década de los 40, pero no fue hasta 1983 cuando comenzó a radiar música latina. Hubo varios experimentos antes, la mayoría fallidos. Por ejemplo, la insistencia en canciones de toda la vida. Sin embargo, los potenciales oyentes, de por si azotados por la nostalgia, rechazaban aquel mejunge sentimentaloide.


Buscaban, al fin, lo que un ejecutivo avizor, Alfredo Alonso, comenzó a ofrecerles en 1993: música contemporánea, ritmos actuales, letras que mordieran la calle de aquella ciudad mestiza y salvaje a la que llegaron, ellos o sus abuelos, en busca de la Tierra Prometida. El éxito, monumental, sorprendió a los analistas. Y en estas llegó El vacilón de la mañana, y la estrella de la radio mutó en bombazo sociológico.


Presentado por Luis Jiménez (Caguas, Puerto Rico), El vacilón exportaba una fórmula de éxito en su isla natal, El Gufeo Matutino. Junto a Raymond Moonshadow Broussard, Jiménez ha renovado el género e introducido en Nueva York un matutino feliz, retozón y gamberro, plagado de bromas, cachondeo, noticias y, cómo no, música, toneladas de música.


Aunque el último año vio la partida de Jiménez, fichado por Univision Radio, Frankie Jay y Juan Carlos Alonso, sus sustitutos, mantienen la fórmula engrasada, y los números de audiencia estratosféricos, si bien muchos consideran que se limitan a repetir la fórmula patendada por Jiménez.


Un programa similar nacido en Florida, El vacilón de Miami, ocupó las cabeceras de los diarios de todo el mundo cuando engañó, sucesivamente, a Hugo Chávez y Fidel Castro. Tanto el autoproclamado descendiente de Martí como el sinuoso heredero de Bolívar cayeron en la trampa para elefantes diseñada por la emisora, mientras el regocijo (o la indignación, según) electrizaba a la comunidad hispana de EEUU. Queda por saber si Jiménez, transformado en mito, sobrevivirá a su glorioso pasado en su nueva etapa.


Humor mundano


Ajena a los problemas de la competencia, con sede al otro lado del Hudson, en Nueva Jersey, llega La Kalle, ciclón tropical y mulato que junto a La Mega ha redimensionado las posibilidades del español en las ondas. Sin dilaciones ni coartadas, lo suyo es el reggaeton, un género tan popular en toda hispanoamérica que sus interpretes, otrora despreciados, disfrutan del estatus condecido a las megaestrellas.


Si bien los últimos meses han traído novedades a la emisora, que trata de ampliar la paleta con otros géneros en español, el reggaeton sigue a lo suyo, reinando. Género de aluvión, que mezcla influencias caribeñas con los efluvios del rap que los marines llevaron a Panamá, ciertamente carece del virtuosismo instrumental y la riqueza rítmica que enarborlaban los salseros, pero nadie le niega su popularidad.


Es posible que las emisoras en español de Nueva York no sean un ejemplo de correción política (entre los colaboradores de La Mega figuran personajes como El Chulo y El Metadona, cuyos nombres prácticamente lo dicen todo), pero quizá sea ese gusto por lo escatológico, la falta de pretensiones, el humor mundano y el chiste grueso lo que les garantiza el amor incondicional de unos oyentes hartos de que sólo se hable de ellos cada cuatro años, cuando toca solicitar su voto o, peor todavía, encrespar al resto del país hablando de la marea migratoria y los terribles, innúmeros criminales que cruzan, descalzos, el desierto.


Una radio en inglés para Oriente Próximo


Una emisora de radio en inglés, 93.6 Ram FM Middle East Eyewitness News, la única en Oriente Próximo, quiere poder lograr lo que no han conseguido ni diplomáticos ni políticos: contribuir a la reconciliación entre israelíes y palestinos. Además, pretende aportar información independiente e imparcial a una audiencia cansada de escuchar, en hebreo o en árabe, noticias incompletas, a veces incluso partidistas, tanto en las estaciones de radio israelíes o como en las palestinas.


El reto de la emisora es «construir un puente para el diálogo», algo que «hace falta desde hace años en esta región», señala Issie Kirsh, el empresario sudafricano que fundó radio 702, una inciativa similar puesta en marcha la década de los 80 en Sudáfrica, con el objetivo de estrechar la brecha que separaba a negros y blancos, «y a negros y negros», mediante charlas y tertulias entre ambos colectivos.


Ahora, Kirsh ha invertido un cuarto de los más de dos millones de dólares necesarios para el primer año del proyecto palestino – israelí. El resto procede de las aportaciones de otros empresarios privados. Según afirma, su iniciativa está movida por el idealismo, más que por el fin de hacer dinero. «Si buscáramos beneficios, éste es el lugar del mundo más complicado para conseguirlo», bromea el empresario.


La nueva estación de radio emite desde Jerusalén y Ramallah, desde el pasado mes de febrero. Su programación incluye 20 boletines de noticias diarios, bajo el lema «en contacto, en sintonía e independientes».

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