Médicos del Mundo en Tenerife atendió durante el pasado año a 77 personas de países subsaharianos que tras haber llegado a las costas canarias en cayuco se han quedado a vivir en distintos municipios tinerfeños. El 8% de esas personas son mujeres y todas ellas proceden de Nigeria, según figura en la memoria de 2007.
en las expediciones clandestinas que llegan en cayuco hasta las costas canarias./ el día

DORY MERINO, Tenerife

Médicos del Mundo en Tenerife atendió durante el pasado año a 77 personas de países subsaharianos que tras haber llegado a las costas canarias en cayuco se han quedado a vivir en distintos municipios tinerfeños, tal y como figura en la Memoria de Actividades de 2007 de la citada entidad a la que ha tenido acceso EL DÍA.

El documento precisa que el 8 por ciento de esas personas son mujeres y todas ellas proceden de Nigeria. Las nacionalidades del resto de los varones son: Senegal, Marruecos, Gambia, Mali, Sáhara, Sudán, Guinea, Mauritania, Somalia, Costa de Marfil y Nigeria.

Como dato relevante de las encuestas realizadas a estas personas destaca que todas respondieron afirmativamente al preguntarles si se les había realizado alguna analítica, y también coincidieron, aunque con respuesta ne – gativa, a si habían recibido el resultado de esos análisis.

Además, el documento precisa que las analíticas se hicieron en todos los casos sin pedir autorización a esas personas.

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Canarias confirmaron a este periódico que, excepcionalmente, se han quedado algunas personas en Tenerife tras llegar en cayuco y siempre atendiendo a razones humanitarias, como por ejemplo, un inmigrante africano al que se le amputó una pierna o una madre con un bebé que solicitó asilo.

Las mismas fuentes manifestaron que también se dio el caso de un inmigrante que por estar hospitalizado superó los 40 días máximos de retención para tramitar su repatriación o derivación en el hospital y se quedó en la Isla.

La memoria de Médicos del Mundo también refleja que en los últimos años “se ha situado en España un amplio colectivo de personas inmigrantes que permanecen en situación de irregularidad y que encuentran inconvenientes a la hora de integrarse en la sociedad de acogida, en concreto a nivel laboral, debido a su condición administrativa”.

Asimismo, la entidad añade que existen otras dificultades para lograr la integración, como el desconocimiento del idioma, el miedo a la discriminación y las barreras de acceso al sistema de salud.

Por este motivo, MDM tiene actuaciones concretas en cada uno de los citados campos, con el fin de solventar estos problemas.

La memoria indica que el perfil de los usuarios atendidos por MDM en 2007 es, prioritariamente, el de una persona que se encuentra en situación administrativa irregular; en segundo lugar, figuran personas comunitarias o españolas en exclusión social o sin cobertura sanitaria y, por último, emigrantes retornados.

En 2007, MDM ha atendido a 892 usuarios, 170 más que en el año anterior, entre los que aparecen las personas en situación administrativa irregular.

El grupo más numeroso de hombres procede de países de África Subsahariana (40,17 por ciento), de los que la mitad (22,73 por ciento) son naturales de Senegal.

El principal proyecto de MDM trata de dar cobertura social y sanitaria a las personas inmigrantes en situación administrativa irregular que, por diferentes causas, no pueden acceder al sistema público de salud.

Una de las reivindicaciones de la entidad es el derecho a la salud de todas las personas, independientemente de su situación legal, apostando por la integración plena del colectivo.

Para lograrlo, la ONG lleva a cabo acciones para favorecer la sensibilización de la sociedad hacia los problemas sociosanitarios de los inmigrantes.

No obstante, MDM constata que el perfil mayoritario atendido en los centros tinerfeños corresponde al de una mujer con una edad comprendida entre los 25 y los 34 años, procedente de América Latina (concretamente de Bolivia) y en situación administrativa irregular. Tienen trabajo, principalmente en el servicio doméstico y viven de alquiler en habitaciones o pisos compartidos. La mayoría tiene hijos, se han empadronado y manifiestan que los motivos de su emigración han sido laborales y económicos.