donostia.En su conferencia, ha aludido al mercado laboral como uno de los principales focos de discriminación hacia los inmigrantes. ¿Cuál es la realidad que se esconde tras esa afirmación?

El mercado laboral es un área social en el que la competitividad entre las distintas personas que quieren acceder a él es muy alta. Si el empleador tiene la opción entre distintos candidatos, puede elegir y es ahí donde la discriminación tiene más posibilidades de producirse.

¿En qué suele consistir?

Hay muchos tipos. Para empezar, está el maltrato de aquellos que no tienen ni permiso de trabajo ni papeles y son más vulnerables a la explotación en ese mercado laboral. Pero también están aquellos que no han tenido la posibilidad de formarse o tener una cualificación alta y que casi nunca tienen acceso a ese mercado.

¿Cuáles son los sectores laborales con mayor grado de exclusión o distinción?

Hemos detectado que, en empresas pequeñas y medianas, hay más discriminación que en las grandes, y que, en los servicios públicos, las administraciones públicas o los empleos con acceso a clientes, la discriminación se produce más que en sectores como la construcción o la industria.

Hasta la fecha se han realizado diversos estudios sobre este tema. ¿Cuáles son sus conclusiones?

Contamos con datos empíricos desde distintos puntos de vista: análisis estadísticos, pruebas que permiten comprobar las situaciones de discriminación, estudios que se han realizado en grandes grupos de población en los que se producen actitudes xenófobas o contra la inmigración… También, entrevistas cualitativas que se han desarrollado con empleadores, directores o personal de recursos humanos, sobre sus prácticas de contratación o reclutamiento. Admiten que, a veces, discriminan.

¿Existe un perfil del inmigrante discriminado?

En Alemania, hay inmigrantes que se siguen enfrentando a la discriminación después de tres o cuatro generaciones. No obstante, en este momento, la discriminación afecta sobre todo a personas que provienen de algunos países determinados, a inmigrantes que tienen aspecto de inmigrantes.

¿Cuáles son esos países?

Depende de cada sitio. En España, por ejemplo, los norteafricanos son vulnerables porque se les percibe como parte de una minoría; en Alemania, a pesar de que llevan allí 40 ó 50 años, los turcos tienen un aspecto diferente y, por ello, se enfrentan a la discriminación; en Italia, los rumanos, por el mismo motivo.

¿Son las mujeres especialmente vulnerables?

Ellas sufren una discriminación múltiple, se ven discriminadas porque son mujeres y porque son inmigrantes.

¿Demuestra toda esta discriminación que la sociedad europea es, pese a que a veces se diga lo contrario, racista?

Sí que hay racismo. No es el antiguo tipo de racismo, el de una idea biológica de razas diferentes, porque ya nadie o casi nadie cree eso, pero sí es un racismo más cultural.

¿Existe suficiente protección social y legal para aquellos que sufren esa diferencia de trato en el trabajo?

De nuevo, depende de los países. Creo que sí hay una protección legal contra el racismo, pero lo que es más problemático es que ellos no utilizan sus derechos porque no son conscientes de que los tienen. Es importante capacitar a los inmigrantes para que utilicen sus derechos. Esto, en cualquier caso, no significa que el nivel social o de protección legal esté bien en todos los países.

Este curso gira en torno a discriminación y derechos. ¿Es frecuente que, en el mundo laboral, las obligaciones le hagan olvidar al trabajador que también cuenta con derechos?

Todo el mundo tiene el derecho a la igualdad de oportunidades. No todas las personas van a tener un trabajo fantástico, pero sí el derecho a las mismas opciones. Y, a través de la discriminación, rechazando a algunos grupos, se quita esa oportunidad. Al margen de eso, en el caso de los inmigrantes, muchos de ellos no conocen o no ejercen sus derechos.