Despiden a fallecida en desierto

La Prensa Gráfica, Milena Varón, 10-04-2008

Josseline Jamileth Hernández fue abandonada por los coyotes en enero pasado. Murió de hipotermia y ayer fue su funeral en Los Ángeles.

Familiares de Josseline Jamileth Hernández, la adolescente de 14 años que fue abandonada en el desierto el 31 de enero y que murió de hipotermia cuando intentaba entrar de forma ilegal a Estados Unidos, le ofrecieron ayer el último adiós.

El sueño de la compatriota de reencontrarse con su progenitora, Sonia Quintero, no se cumplió.

Las lágrimas y los sentimientos de culpa de su madre no cesan. Pese a que el padre de sus tres hijos les enviaba dinero desde Maryland, la situación económica de la connacional la obligó a emigrar en 2003.

El año pasado, la madre salvadoreña tomó la decisión de reunirse con sus hijos. Kevin, de siete años, emigró en septiembre sin ninguna dificultad. Carlos, de 10 años, y Josseline iniciaron el viaje en enero. Cuando faltaba un día para llegar a California, la muchacha se enfermó y los coyotes la abandonaron en el desierto. El niño culminó el viaje y se reunió con Quintero dos días después.

Josseline le dijo a su hermano que se fuera, que encontrara a su mamá y que ella estaría bien, así rememoraron ayer durante el funeral las últimas palabras de la joven salvadoreña.

Junto al dolor de la desaparición y la muerte, la familia sufrió un intento de extorsión por parte de los traficantes, y además no tenían los recursos económicos para el sepelio. El cadáver de Josseline tuvo que esperar hasta el miércoles para su funeral porque ese día las exequias son más económicas y los costos se reducen cientos de dólares.

La falta de recursos obligó a sepultar a la pequeña a más de 60 kilómetros de distancia de la casa de su familia. El padre, Santos Hernández, no asistió al sepelio, pues su empleador aún le recuerda las tres semanas de permiso que le dio para ir a buscar a su hija a Arizona.

Ya nunca podremos estar juntos como una verdadera familia. Solo en el cielo nos podremos reunir todos otra vez, dijo entre sollozos Quintero.

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