La calidad del factor humano

La Vanguardia, , 08-04-2008

El lugar predilecto de Najat el Hachmi es tan sencillo como un popular café Caracas situado entre el mercado municipal de Sant Carles y la plaza Josep Maria Folch i Torres, popularmente llamada La Negra desde la vez que le pusieron un suelo de diseño a base de pizarra que fue un fracaso y un ridículo tan grandes que la gente de Granollers aún no los ha olvidado. "La gente de aquí tiene la costumbre de llamar a las calles y las plazas con otros nombres de los oficiales, y al principio me hacía un lío. Hay otra plaza que la llaman la del Cony, porque cuando la estaban construyendo la gente preguntaba: “Però què cony deu ser això?”, se ríe la escritora.

En ese café se sienta Najat para leer y observar. “Es mi lugar de lectura porque aunque haya gente y ruido sé concentrarme y aislarme, y también hacemos la tertulia con una amiga. Me gusta ver la gente tan variada que viene por aquí, observar lo que pasa y enterarme de cosas, porque hay comerciantes, vendedoras del mercado, funcionarios del Ayuntamiento, amas de casa…” Pero lo principal, según ella, es el buen ambiente que se respira en el local y que “se debe a la calidad humana de Toni, un camarero de los que ya saben los gustos de cada cliente sin preguntar nada, que siempre tiene un comentario amable para todos y que es una persona discreta y encantadora”. Además de que Toni es un fan de Najat y Najat una fan de Toni, también pasa que “fue el primer lugar donde venía a desayunar cuando empecé a trabajar en el Ayuntamiento de Granollers, me trae buenos recuerdos y le cogí cariño. Todo eso lo hace cómodo y confortable”.

Además de su calor humano, el café tiene otra ventaja, y es que está frente a una ludoteca municipal y algunos días se organizan en la plaza actuaciones de payasos y actividades infantiles como lectura de cuentos. Eso permite a Najat tener a su hijo entretenido y a la vista. “Además, esa escultura de la col con el Patufet debajo es muy bonita y muy divertida. Me parece genial que dedicasen la plaza a Folch i Torres le pusiesen un monumento tan entrañable, porque en Catalunya todos sabemos quién es el Patufet y que está en la panxa del bou que no hi neva ni hi plou, pero no todos tenemos presente que Folch i Torres escribió cuentos inolvidables que pasan de generación en generación”.

Como toda madre joven e interesada en la educación de sus hijos, en sus conversaciones siempre aparece el niño. “Le llevo a un colegio público nuevo donde los padres participamos mucho y a veces invitan a dar clases a padres, abuelos y personas que tengan algo interesante que explicar. Es una experiencia muy enriquecedora para todos”. Y por como la trata la gente, se nota que Najat es una escritora reconocida y querida.

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