Monseñor Sánchez alerta sobre la situación de «aprieto» de los inmigrantes

ABC, 07-04-2008

L. D.

MADRID. El obispo de Sigüenza – Guadalajara, José Sánchez, alertó ayer sobre la situación de «más aprieto» que viven actualmente los inmigrantes, tras el freno que ha sufrido en los últimos meses el sector de la construcción en España.

El prelado, quien es presidente de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española desde 1988 y miembro del Pontificio Consejo para las Migraciones desde 1995, recordó que «tan persona es el inmigrante en paro como el que trabaja» y criticó que, cuando se necesita a los inmigrantes «son bienvenidos y cuando no les necesitamos les dejamos caer», informa Efe.

El obispo, quien acaba de cumplir sus bodas de oro como sacerdote, también se refirió a la situación de la Iglesia, y aseguró que una de las mayores preocupaciones es el aumento de «cristianos a la carta» que profesan su fe «a medias o cuando les conviene». El prelado aseguró que «la fe no es ni puede ser una chaqueta que se cambia» y consideró que el conocimiento profundo de ésta debe estar por encima de modas, consumos y caprichos.

La Iglesia no quiere poder

Entre los desafíos a los que se enfrenta la Iglesia, el prelado también destacó la secularización de la educación y el descenso de las vocaciones, «precisamente una de las mayores sombras que me llevo de estos años en Guadalajara, porque alguna responsabilidad tendré».

Según precisó, en los próximos años saldrá como mucho un sacerdote por año de la Diócesis, cuando entre los años ochenta y noventa salían diez, y entre la de los noventa y el año 2000, de cuatro a cinco.

Monseñor Sánchez, que tiene 73 años y dentro de 18 meses tendrá que poner a disposición del Papa su continuidad como obispo, admitió que en esta situación también tiene que ver que la Iglesia ya no es mayoritaria en el «ambiente social» y tan sólo una minoría de los cristianos es practicante.

Pese a este panorama, el prelado se mostró esperanzado y señaló que la Iglesia tiene que trabajar «para transformar esta sociedad desde dentro». En este sentido, indicó que la Iglesia «no quiere poder, sino libertad, y para conseguirlo necesitamos personas que se comprometan».

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