EDUARDO SUÁREZ SOCORRO EMIGRANTE ESPAÑOL EN SENEGAL

"No creo que los contratos en origen sean una salida a la crisis"

Con 14 años, este canario hijo de un diputado comunista tuvo que coger un velero para salir de España. Tras 59 años en Senegal, opina que el futuro de los africanos está en África

Diario de Navarra, SALIOU TRAORÉ . EFE. DAKAR, 07-04-2008

A pesar de que han pasado 59 años, Eduardo Suárez Socorro guarda intactos en su memoria todos los detalles del viaje que hizo a bordo de un velero entre Las Palmas y Dakar, una experiencia al revés del viaje que emprenden miles de africanos en busca de una vida mejor en Europa.
Suárez contempla el fenómeno de la emigración clandestina como si fuera la repetición de su propia historia, aunque su destino no era Senegal, sino Sudamérica, como miles de canarios que en aquel entonces se vieron obligados a huir de la dictadura y de la pobreza.

“Fue un viaje muy difícil que duró 18 días en vez de los siete previstos debido a las tormentas y otros trastornos sufridos durante la travesía”, rememora el que entonces era un adolescente de apenas 14 años. Las malas condiciones del viaje en el velero, en el que fueron 120 personas, más del doble de su capacidad, de 50 pasajeros, afectaron la salud de la abuela y obligó a la familia a quedarse más tiempo de lo que preveían en la capital senegalesa.

Además, la embarcación sufrió graves averías, lo que obligó a los demás pasajeros a quedarse un mes en el puerto de Dakar esperando los arreglos necesarios para seguir el camino hacia Sudamérica.

Gracias a la ayuda de los empleados senegaleses del puerto de Dakar, que le destinaron una parte de lo que cobraban diariamente, Suárez pudo sobrevivir durante los meses que pasó en el puerto. “Los senegaleses nos ayudaron mucho a todos los pasajeros atrapados en el puerto, sin posibilidad de bajar pues las autoridades coloniales francesas no nos daban permiso para pasear por las calles”, recuerda.

La experiencia vivida como adolescente europeo, descubriendo un mundo totalmente diferente, le permitió comprobar lo que considera como uno de los valores africanos más preciosos: la solidaridad.

A sus 73 años y al frente de una de las empresas inmobiliarias más destacadas de Senegal, Suárez echa una mirada crítica sobre la inmigración ilegal. “Además de la dictadura franquista, el éxodo de los miles de canarios que salían hacia Sudamérica tenía como motivo la pobreza y el hambre”, opina este hijo del diputado comunista Eduardo Suaréz Morales, fusilado por Franco.

En opinión de Suárez, la mejor forma de acabar con la inmigración clandestina consiste en crear las condiciones para que los jóvenes se queden en su propia tierra. En vez de comprar a precio barato las materias primas de África para transformarlas en Europa, sería mejor montar las fábricas de transformación en África para ofrecer puestos de trabajo a los jóvenes africanos, afirma.

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