Números identifican a ‘sin papeles’ muertos en frontera

El Universo, BLANDING, EE.UU., 05-04-2008

| AP

Más de dos mil indocumentados perecieron en el sudoeste de EE.UU. desde el 2002.

Fue enterrado en un cementerio de pueblo chico, contra un alambre de púas, en un lote sin nombres reservado para la gente pobre.

Su tumba apenas dice Número 8, pues no ha sido identificado un año después de un accidente de tránsito en el que murieron ocho indocumentados en el estado de Utah.

Esto es el Jardín del Edén, comentó el empleado del cementerio de Blanding, Philip Palmer, aludiendo al hecho de que desde allí se ven los picos de las montañas de cuatro estados.

Más de 2.000 indocumentados murieron en el sudoeste del país desde el 2002 y muchos no han sido identificados. Fueron enterrados como víctimas anónimas de insolaciones, accidentes de carro u otras calamidades. Casi nunca tienen identificaciones. Solo unas pocas prendas de vestir y el sueño que los trajo a Estados Unidos.

Nuestras morgues están llenas de extranjeros no identificados, declaró Todd Matthews, de Livingston, Tenesí, quien trabaja para Doe Network, organización de voluntarios que ayuda a identificarlos.

Tan solo en el condado de Pima, Arizona, que incluye a la ciudad de Tucson, cerca de la frontera con México, hubo más de media docena de casos en los que alguien murió cruzando la frontera desde el 2002.

Bruce Anderson, antropólogo forense de Tucson, dijo que una cuarta parte de las personas que examina no tienen nombre. Muchas llegan deformadas y consumidas tras pasar varios días en el sol ardiente y es casi imposible identificarlas. Mueren en el desierto, indicó.

La persona identificada con el número 8 habría fallecido entre desconocidos. Solo se sabe que la noche del 15 de abril del 2007 subió a una camioneta junto a otras trece personas, para dirigirse a San Luis.
Tras cruzar  el límite entre Arizona y Utah a las 03:30, el chofer se salió de su carril y al tratar de enderezar el rumbo, hizo una maniobra brusca y perdió el control. El carro hizo un trompo, se salió de la vía y dio volteretas. Ocho indocumentados fallecieron. El conductor, Rigoberto Salas, dijo a la policía que le pagaron $ 1.000 para llevarlos. El cadáver número 8 fue trasladado a la oficina forense de Salt Lake City, donde se le tomaron huellas digitales, fotos y muestras de su cuerpo, pero sigue anónimo.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas identificó tres cadáveres tras contactarse con los consulados de México y Guatemala.
Pero el número 8 sigue anónimo y tras pasar seis meses en Salt Lake City sin ser identificado, fue llevado a Utah, para su entierro el 12 de octubre pasado en el lote 55 del cementerio de Blanding.

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