El Palacio de Justicia de Durango vio ayer cómo se aplazaba un tipo de juicio que, según SOS Racismo Bilbao, comienza a “ser demasiado habitual y hay que parar”, al menos en Euskal Herria. Para el mediodía estaban citados a comparecer ante una jueza un joven y una mujer de Zaldibar. Ambos son vecinos. Los dos se habían denunciado de forma mutua.

Desde SOS Racismo Bilbao, su portavoz, Diego Jauregi, pudo tener acceso a las dos demandas. La mujer, de origen senegalés, aseguraba, según trasladó Jauregi a este diario, haber sido agredida por el hombre e insultada con adjetivos que considera racistas. El joven zaldibartarra también presentó su denuncia por la presunta agresión de la mujer a su persona y por ruidos en su vivienda.

Los hechos acontecieron el pasado jueves por la noche. Al parecer, primero subió la pareja del joven a casa de la senegalesa. La joven habló con ella. Al rato, después de que el marido de la africana se fuera a trabajar, subió el joven y, según SOS Racismo, le agredió, llegando a cogerle del cuello cuando “ella portaba a su hijo en la espalda”. La mujer comenzó a repeler la supuesta agresión, ya que el chico dice que fue ella quien empezó el forcejeo.

La pelea finalizó al mediar un vecino que trató de separar a los enzarzados. Todo esto ocurrió según la versión de SOS Racismo. Ya ayer en el Palacio de Justicia, y tras dos reuniones de ambas partes con la jueza, se suspendió el juicio “por falta del forense que está en Bilbao”, argumentaron en la sala. La convocatoria se aplaza.

El marido de la zaldibartarra de origen senegalés, conocido en Durango en la comunidad cristiana, lamentó ayer a DEIA la situación. “Para empezar, ellos tienen un abogado, y nuestro abogado sois vosotros, la prensa. Queremos que se conozcan estos casos, por una razón: porque si algo somos es tolerantes. Quien nos conoce, lo sabe. Hemos vivido en Iurreta y Durango y nuestros vecinos han sido nuestra familia”, declaró.

Diego Jauregi considera “preocupante que un veinteañero agreda a una mujer”. El joven de Zaldibar, hablando con su abogado, pidió "seguir adelante con el caso porque “si lo dejo parece que me voy con la cabeza baja cuando no es justo”, se le oyó decir en el pasillo del Palacio de Justicia. Este diario desconoce de primera mano la versión del joven de Zaldibar.

Desde SOS Racismo definen a la mujer como “encantadora, que hace con su familia una vida normal, como cualquier joven”. Ella regenta un restaurante en Durango y su marido, licenciado en Filología francesa, trabaja en una fundición. Tienen dos hijas euskaldunes y un niño, el más pequeño y presente en la trifulca.

“Nos han mandado a la policía en varias ocasiones de noche y nuestras niñas se despiertan con el susto. Es injusto que tengan que verlo. ¿Cómo se lo explicas?”, aseguró el marido de la denunciante y a la vez denunciada. A su juicio, días atrás, mientras el senegalés hacía el portal, el joven dijo: “Puto negro que me ha jodido la tranquilidad”.

SOS Racismo denuncia que haya personas que “se crean en el derecho de decir a un extranjero lo que quieran”