La foto de la pobreza

Mujeres, inmigrantes y jubilados son los principales destinatarios de las ayudas. El 33% tiene un trabajo que no le da para llegar a fin de mes.

Deia, 04-04-2008

N O son excluidos sociales, pero están en peligro de llegar a serlo. Quienes perciben la Renta Básica carecen de los ingresos básicos para desarrollar una vida normal, pero sus vidas están estructuradas, en la medida en la que lo están las del común de la población, y viven bajo un techo. Muchos, el 33%, incluso trabajan, lo que automáticamente convierte esos trabajos en precarios, pues para percibir la Renta Básica hay que demostrar que no se llega a fin de mes. Principalmente son las cabezas de familias monoparentales que, por el hecho de ser mujeres, tiene ciertamente complicado el trabajar, cuidar de sus hijos y mantenerlos con un único sueldo. Casi el 69% de los beneficiarios son féminas, (hay muchas viudas también) y de ellas un 40% tiene hijos menores de 16 años.

Están también los inmigrantes, un grupo que tiene serias dificultades para incorporarse al mercado de trabajo, al menos en condiciones dignas. Estos últimos suponen el 7% de los beneficiarios de esta renta, y forman parte del 30% de inmigrantes sin contrato que cobran las ayudas. Otro gran colectivo, que como los demás coincide con el el perfil de la pobreza, es el de los pensionistas. Muchos jubilados no pueden vivir con sus pensiones y han de cobrar este subsidio público para poder mantenerse.

falsos mitos

La sospecha de los inmigrantes

Existe el comentario cada vez más generalizado en la sociedad de que los inmigrantes aprovechan las ayudas sociales para no insertarse en el mercado de trabajo, o que cuentan con más derechos que otros ciudadanos a la hora de ser beneficiarios de estas ayudas. Nada más lejos de la realidad. Según el estudio, los extranjeros que vienen a Euskadi “tiene una alta motivación para el empleo”, y de hecho perciben la Renta Básica durante menos tiempo. Lo que sí es cierto es que es uno de los colectivos más desfavorecidos, y de hecho la cronificación del cobro de ayudas en este sector social se debe a la situación de irregularidad en que se encuentran muchas de estas personas, que les impide acceder a un empleo en igualdad de condiciones con el resto de ciudadanos.

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