Aumenta el número de personas que piden ayuda a las parroquias

"Es más fácil acudir a Cáritas que a la Administración"

Las Provincias, P. H., 04-04-2008

Las oficinas de Cáritas Parroquiales comenzaron el pasado mes de febrero a recibir “una mayor demanda de peticiones de ayuda” por parte de personas necesitadas, tanto españolas como extranjeras.

La llegada de la crisis económica “se empieza a notar” entre los sectores de población más vulnerables. La directora de Cáritas Diocesana de Valencia, Concepción Guillén, subrayó que de momento no se puede cuantificar el incremento de las solicitudes de ayuda.

“Aún es muy pronto”, atajó Guillén, quien no escondió que las parroquias de la Diócesis de Valencia son un observatorio perfecto para “pulsar las carencias” de los más necesitados, incluso antes que los servicios sociales públicos.

“Cuando empieza a haber una crisis económica lo percibimos antes que la Administración, porque las parroquias están más cerca de la gente y es más fácil, impresiona menos, llamar a nuestra puerta que a una de la Administración” pública, argumentó la directora de Cáritas.

Guillén explicó que quienes acuden las parroquias de Cáritas (403 en la Diócesis de Valencia) son tanto españoles como extranjeros. Parte de estos últimos, después de perder un empleo en la construcción. El conseller de Inmigración, Rafael Blasco, apuntó tras la presentación de un convenio con la organización social que este colectivo es uno “de los más vulnerables” frente al parón de este sector.

La máxima responsable de la entidad caritativa argumentó que el perfil de los inmigrantes que acuden a las parroquias es muy diferente al de los españoles, que requieren un apoyo más continuado, “un acompañamiento de por vida” por su situación de precariedad crónica.

Los extranjeros reciben una ayuda más puntual, “un empujón para sacarles de una situación concreta”. Tras este apoyo, los inmigrantes “pueden salir adelante por sí mismos”.

A diferencia de los españoles atendidos, que padecen una exclusión social casi permanente, los extranjeros tienen unas características personales muy diferentes: “Hay que tener en cuenta que aquí viene lo mejor de cada casa. A veces son la esperanza de todo un pueblo, la gente con más recursos personales” para poder tener éxito ante las dificultades de un viaje migratorio.

La ayuda que se presta en las Cáritas Parroquiales puede ser tan básica como ropa y comida o ayudas económicas puntuales para casos de urgencia como el pago de un recibo de la luz, el agua o el gas o de unas medicinas.

Esta organización trata de sustituir las actuaciones meramente caritativas o asistenciales (entrega de ropa o comida) por un trabajo integral con un seguimiento más continuado para conseguir la reinserción social de la persona atendida.


Brotes xenófobos

Estas declaraciones de Blasco y Guillén fueron pronunciadas tras una reunión con otros miembros de la Conselleria de Inmigración y Cáritas en la que comentaron los contenidos de un acuerdo de financiación para las viviendas tuteladas que tiene la entidad religiosa.

Cáritas cuenta en Valencia con cuatro pisos tutelados para inmigrantes que suman 30 plazas. La Generalitat aporta 61.150 euros para formación. De esta tarea se benefician, según Inmigración, dos millares de personas cada año.

Las viviendas gestionadas por Cáritas “les permiten vivir de forma más autónoma y digna”, apuntó Guillén. Son el paso previo a una inserción sociolaboral completa.

Blasco no pudo concretar ayer el estado en el que se encuentra el proyecto de creación en Valencia del primero de los 12 centros de acogida de inmigrantes previstos en el Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo (Pavace 2001 – 2006) y prometido por el Ayuntamiento, con financiación autonómica, para finales de marzo.

El conseller admitió que se han producido “algunos brotes racistas y xenófobos” que no responden a la emergencia de grupos o personas extremistas. Según Blasco, se trata “excepciones” dentro de una convivencia “de absoluta normalidad” entre extranjeros y españoles.

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