«Derribar el edificio no es la mejor solución»

Diario Vasco, DAVID ARES, 04-04-2008

san sebastián. DV. El edificio que ocupa el antiguo instituto de FP de Martutene se va a ir al garete, algo que no ha sentado del todo bien a la mayoría de los vecinos del barrio donostiarra. Aunque las sensaciones son contradictorias: por un lado, están de acuerdo con el Gobierno Vasco – propietario de las instalaciones – en que hay que tomar medidas urgentes por la precaria situación en la que se encuentra el inmueble, ocupado por inmigrantes desde hace semanas. Pero la mayoría cree que «derribar el edificio no es la mejor solución».

Sin duda, uno de los más indignados por esta decisión es José Yaben, que lleva sesenta años viviendo en Martutene y ha estado metido en todos «los fregaos» y problemas del barrio. Fue incluso condecorado con la medalla al Mérito Ciudadano. De «vergonzosa» califica la decisión de echar abajo el edificio, y cree que responde a «una dejadez pasmosa por parte de los responsables de cuidar de él, es decir, del Gobierno Vasco y del Ayuntamiento de San Sebastián».

Mikel Cabello Pérez, director de recursos materiales del Departamento de Educación, informó el martes de que, una vez derribado el edificio, se podrá aprovechar todo el solar, que cuenta con 11.000 metros cuadrados. Pero José no tiene mucha fe en los futuros proyectos que planean para el lugar. «Harán lo que quieran, como siempre, como se hacen todas las cosas. Se derriba y listo, un edificio que se ha abandonado y en el que se ha permitido que entren estas familias de rumanos, que lo han destruido completamente. Ahora, con el dinero público, por supuesto, lo derribarán, lo reharán y a hacer puñetas todo». «Ahora la solución que queda – añade – es la más fácil: matas el perro y quitas la rabia».

Dentro del edificio «se amontonan toneladas de porquería», cuenta José. «Ahí no se puede entrar sin escafandra. Lo sé porque ha habido un par de chavales que entraron y fueron grabándolo, y hay un cd con todo lo que puede verse en el interior. Es una vergüenza, sí, pero con culpables».

Los vecinos de Martutene han tenido algunos problemas con estos inquilinos. José Mari Andrés y su mujer, Elisabeth Ugarte, se quejan de que el edificio «está destrozado. Hay partes donde puede verse que han quemado cosas, todas las ventanas están rotas y lo que es peor, está todo lleno de suciedad y porquería. La parte de atrás del colegio es un auténtico basurero».

Adolescentes

El problema, cuenta José Mari, es que «no son nada respetuosos con las cosas del lugar que los ha acogido». «Dejan toda la basura ahí tirada, han destrozado con una palanca los contenedores donde se deja ropa para fines solidarios en varias ocasiones y lo que no les vale, lo dejan todo por ahí, no lo meten de nuevo. También hay chavales que echan piedras al tren. Es que debe de haber bastantes chicos de 14 ó 15 años, que son las edades más problemáticas porque son todavía demasiado niños para entender las cosas, pero no para hacer daño».

Al parecer, también ha habido robos y quejas. José Mari explica que «ahora mucha gente que ha estado de vacaciones, se ha encontrado al volver con que han robado en locales, en garajes, y la mayoría echa la culpa a las familias de rumanos». Por otro lado, está convencido de que no deberían derribar el edificio. Sugiere que «otra opción podría ser mantener el exterior, rehabilitar el interior y dejar la fachada», de manera que se conservaría la imagen del edificio.

Victorina Miranda, otra de las vecinas que lleva catorce años viviendo en Martutene, cree que no se debería derribar una construcción que tiene más años que los Campos Elíseos, pero no se puede dejar tal como está en este momento», denuncia.

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