Medio centenar de 'sin papeles' inicia una huelga en Melilla para pedir su traslado a la península

El Mundo, PAQUI SANCHEZ. Corresponsal, 01-04-2008

Hacer una huelga de hambre para poner contra las cuerdas al Gobierno socialista comienza a convertirse en una costumbre entre los sin papeles acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla.


Si hace casi mes y medio fueron 200 asiáticos los que protagonizaron una sentada de 48 horas en la plaza de España con los ojos puestos en la sede de la Delegación del Gobierno, ayer fueron 55 argelinos los que siguieron los mismos pasos y comenzaron su particular protesta en pleno corazón de la ciudad norteafricana, equipados con pancartas para hacer partícipes a todos los melillenses de su única reivindicación: obtener los papeles y ser trasladados a la Península.


Ellos consideran que se lo han ganado a pulso tras pasar en Melilla varios años. Algunos llegaron a la Ciudad Autónoma casi a la par que Zapatero a La Moncloa, es decir, hace cuatro años, sin que por el momento se haya buscado ninguna solución a su situación irregular. Es más, piensan que son víctimas de una «discriminación» respecto a los inmigrantes subsaharianos, que son enviados a la Península con cierta frecuencia gracias a la existencia de acuerdos entre España y sus países de origen. Sin embargo, los argelinos y los asiáticos son víctimas de unas negociaciones diplomáticas en punto muerto, lo que convierte su estancia en Melilla en una verdadera trampa sin salida. Curiosamente, la situación coincide con otra huelga indefinida de sin papeles que está teniendo lugar en Jaén, donde 45 irregulares demandan también documentación.


Hartos de la situación en Melilla, los argelinos decidieron ayer acampar en la plaza de España para que el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, acepte entrevistarse con ellos y se comprometa a buscar una solución, de la misma manera que hizo con los inmigrantes de India y Bangladesh que se declararon en huelga de hambre en plena campaña electoral. Ayer lo intentaron por las buenas, acudiendo a primera hora a la Delegación del Gobierno, donde la cita les fue denegada ipso facto. Con las mismas, salieron de la sede institucional y anduvieron unos metros para sentarse en el duro asfalto de la plaza de España de forma indefinida. Era el inicio de una huelga de hambre que se prolongará hasta que el delegado del Gobierno se interese por ellos.


Uno de los argelinos mostró públicamente su finalidad: «Nuestra intención no es recurrir a la violencia para conseguir nuestros objetivos».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)