una integración polémica

El delegado del Gobierno teme que las protestas inciten al racismo

La Voz de Galicia, Laureano López / Elena Silveira, 28-03-2008

El Ayuntamiento de A Coruña pide a los vecinos que se manifiestan prudencia y que recapaciten

«Estamos intentando resolver el problema sin trasladarlo a otro sitio», dice sobre la actuación de la policía

El Ayuntamiento de A Coruña pide a los vecinos que se manifiestan prudencia y que recapaciten

El delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras, está «preocupado» con que el conflicto causado por los realojos de chabolistas en A Coruña se extienda. «Esto puede prender una mecha peligrosa de racismo, hay que tranquilizarse y confiar en las instituciones», reclamó ayer a los vecinos que se están manifestando contra el supuesto realojo de gitanos de Penamoa en sus barrios, un traslado que el Ayuntamiento ha negado, por activa y por pasiva, a través de su alcalde, Javier Losada. También pidió paciencia porque «se intenta garantizar a las partes, realojados y vecinos, la seguridad, porque en el fondo los gitanos, los honrados, están desprotegidos». «Estamos intentando resolver el problema sin trasladarlo a otro sitio. No queremos contribuir a que esto se disperse, contamine y se vuelva incontrolable», añadió.

Ameijeiras aclaró que «no todos los chabolistas de Penamoa trafican con droga». Decir lo contrario, según explica, «es injusto, necio y no saber reconocer el problema. Y, desde luego, no son los que más se lucran con el narcotráfico. En la cadena son la parte más visible, pero ni mucho menos los más importantes». «La policía está trabajando sin descanso» sobre esta cuestión, explicó.

A su juicio, «el problema es complejo, y más ahora, cuando ha surgido esta fiebre, en Penamoa y en Monte Porreiro, que hay que ver a qué responde». Otea una mano negra: «Me temo que hay alguna maniobra orquestada por alguien». Dice que hace suyas las palabras de la edila coruñesa de Servicios Sociales, Silvia Longueira: «Luz y silencio, términos muy adecuados para un asunto de estas características». Cuando se le dice que muchos vecinos manifiestan que no creen al alcalde, Ameijeiras replica: «Yo sí. La espina del racismo es una espina envenenada y puede convertirse en una enfermedad crónica».

Mar Barcón, concejala de Urbanismo, también pidió «prudencia y seriedad» a los vecinos. «He oído a gente decir que no quiere a los gitanos, y eso no es miedo o temor, es racismo. Eso no es estar preocupado por la delincuencia». Exigió a esos que «se amparan en el anonimato de Internet o de las multitudes que recapaciten» y que si no creen al gobierno municipal al menos crean en la historia de la ciudad: «Porque después del realojo de más de 200 familias, en 15 años no hubo ni un caso de rechazo». El alcalde, por otro lado, aseguró que se buscarán soluciones personalizadas para cada caso, algo que, defendió, el gobierno local «hace desde hace años».

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