Compatriotas afectados participaron en el vía crucis

Con un Vía Crucis que representó el difícil camino que los inmigrantes indocumentados viven por el aumento de redadas y deportaciones, la comunidad católica de Los Ángeles conmemoró el Viernes Santo.

Frente a la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) culminó el recorrido que encabezaron más de 100 detenidos en una redada a una empresa angelina, y que ahora enfrentan procesos de deportación. Junto a los representantes católicos de la Misión Dolores, y organizaciones pro inmigrantes, los indocumentados solicitaron la suspensión de los procesos en su contra.

Por lo menos 10 compatriotas que fueron víctimas de esta redada en Van Nuys, y que portan localizadores electrónicos, participaron en el acto para denunciar las persecuciones de las que son víctimas. Nos están matando, no nos dejan trabajar, no tenemos dinero para la comida y pagar la renta, y tenemos que buscar un abogado que nos represente, advirtió Corina, una santaneca que solo quiso identificarse con su primer nombre.

Los inmigrantes también esperan la respuesta del consulado salvadoreño, al cual pidieron ayuda para sobrellevar la situación económica y jurídica que enfrentan. En contraste con las representaciones consulares de Honduras, Guatemala y México, que tienen programas de apoyo a las víctimas de redadas, los compatriotas siguen esperando una respuesta de los funcionarios salvadoreños.

Fuimos hace tres semanas a buscar ayuda, pero no hemos tenido respuesta, nos dejaron solos y con este localizador no podemos trabajar, ni salir sin permiso, dijo la usuluteca María.

Una cruz fue puesta frente al edificio federal como símbolo de la agonía de los indocumentados en EUA. A la petición de un alto a las deportaciones y la aprobación de una reforma migratoria se unió el obispo Roger Mahony y los representantes de la Iglesia católica en California.