Vecinos de Los Rosales, Eirís y Mesoiro hicieron una sentada en María Pita para ser recibidos por el alcalde

El posible realojo de familias de etnia gitana del poblado de Penamoa en distintos barrios de A Coruña provocó ayer una nueva protesta. La más numerosa y ruidosa hasta el momento. Más de dos mil residentes de Los Rosales, Eirís y Nuevo Mesoiro caminaron desde la plaza de Orense hasta María Pita encabezados por una pancarta en la que se podía leer: «Queremos las cosas claras». Frente al ayuntamiento, los vecinos protagonizaron una sentada para ser recibidos por el alcalde, quien a lo largo de estas últimas semanas salió al paso de las protestas prometiendo que no se producirían realojos en los barrios. Pero los residentes no lo creen.

Horas antes de que los vecinos de Mesoiro, Eirís y Los Rosales salieran a la calle, la concejala de Servicios Sociales volvía a insistir en que no se produciría ningún realojo de personas conflictivas en sus barrios. «El asentamiento chabolista de Penamoa va a ser desmantelado para construir la tercera ronda. Respecto a las personas que viven allí, hay que distinguir a las que tienen alguna implicación con actuaciones ilícitas. Con ellas el Ayuntamiento tendrá tolerancia cero». Silvia Longueira explicó que sobre estas personas actuarán la Policía Nacional y la Justicia, ya que el gobierno local no tiene competencias.

Sin embargo, existen otros vecinos de este poblado, a los que sí van a ayudar desde el Ayuntamiento. Así, Longueira también distinguió tres grupos de residentes, uno de los cuales está formado por personas que han manifestado su intención de regresar a su lugar de origen, fuera de la comunidad autónoma. También existe otro conjunto de vecinos que, debido a su actividad económica, han apostado por acogerse a planes de autoconstrucción de viviendas, y que deberán establecerse en otro municipio, porque en A Coruña no hay suelo.

Y, por último, hay un porcentaje reducido de vecinos que han mostrado su intención de ser realojados en los núcleos urbanos de A Coruña. Desde el departamento de Servicios Sociales están trabajando con este grupo que, en un primer momento, «permanecerá de forma transitoria en Penamoa, pero no en el medio del asentamiento, y en condiciones de extrema seguridad», apuntó ayer Silvia Longueira.