Salvadoreños pierden hogares por incendio

La Prensa Gráfica, Julio Marenco/Corresponsal LPG desde Washington, D.C./ En Estados Unidos, 15-03-2008

El edificio incendiado, en el barrio de Mount Pleasant, en Washington, D.C., tenía un largo historial de denuncias por malas condiciones de seguridad.

 

Unas 200 personas, muchas de ellas salvadoreñas, quedaron sin hogar luego de que un incendio consumió gran parte de un edificio de apartamentos en el barrio de Mount Pleasant, uno de los de mayor concentración latina en la capital estadounidense.

Ayer en la mañana, varios residentes esperaban en las afueras de la edificación para averiguar si alguna de sus pertenencias se había salvado de las llamas. La hondureña Belén Rodríguez, quien regresaba de un viaje de trabajo y se encontró con que su apartamento se había salvado de las llamas.

Pero cerca de 200 personas no corrieron con la misma suerte, entre ellas, varias decenas de salvadoreños y hondureños que habitaban el edificio. Una de ellos es la compatriota Yasmín Romero, quien fue de las primeras en ver humo en el sótano del inmueble. Al principio nadie me creía, pero llamé a los bomberos y en menos de 10 minutos esto era todo un infierno, relató la mujer. Era cerca de la medianoche del miércoles y, a pesar de que el fuego se extendió con rapidez, ninguno de los residentes resultó afectado.

Tres oficiales del cuerpo de bomberos de la ciudad sí fueron afectados por inhalación de humo, pero se recuperaban ayer en un hospital.

No sabemos cuántos exactamente son salvadoreños, pero sí muchos, yo diría que la mayoría, aseguró la cónsul general de El Salvador en Washington, Margarita Chávez, quien visitó el lugar la mañana después del siniestro.

Mucha de esta gente se ha quedado solo con lo que llevaba puesto, lo peor es que a mucha gente se les quemaron sus documentos y en esta época eso es crítico, añadió la funcionaria.
Muchas fallas

La evacuación del edificio fue frenética. Algunos vecinos saltaron, escalaron por los balcones de las ventanas para ponerse a salvo. Otros, como dos ancianas tuvieron que ser sacadas en camillas improvisadas.

Es sorprendente, afortunadamente, que nadie resultara severamente afectado, reaccionaron (los vecinos) muy rápido, señaló el teniente de bomberos Kenneth Whitecross, quien supervisaba este viernes las tareas de estabilización de la estructura del edificio, que resultó severamente afectada.

Algunos de los afectados aseguran que nunca escucharon las alarmas de humo.

La ecuatoriana Irene Baltodano, que vivía en el cuarto piso de la vivienda, asegura que la despertó la alarma del edificio contiguo y decidió levantarse. Minutos después los vecinos tocaron su puerta para evacuar el lugar.

El inmueble acumulaba una larga lista de quejas de parte de los inquilinos. Según The Washington Post, el edificio acumuló cerca de 7,000 violaciones al código de vivienda de la ciudad entre 2000 y 2007.

De esas violaciones al código, cerca de 500 correspondían a conexiones eléctricas defectuosas. Otras 64 correspondían a violaciones de seguridad, tales como alarmas de incendios defectuosas o falta de extinguidores.

El historial del edificio también contaba con más de 300 infracciones por huecos en sus paredes y techos, así como más de 150 por sistemas de calefacción que no funcionaban.

De hecho, la asociación de vecinos estaba en proceso de llegar a un acuerdo con la compañía dueña del edificio por una demanda colectiva impuesta ante la Corte Superior del distrito de Columbia, por las malas condiciones del inmueble y la negativa de la compañía administradora a arreglarlas.

Washington tiene un sistema de renta controlada que prohíbe a los dueños de viviendas construidas antes de 1982 aumentar la renta por más de dos puntos porcentuales arriba de la tasa de inflación, por esta razón los inquilinos del edificio incendiado pagaban un promedio de entre $500 y $700 por apartamentos de dos habitaciones, una renta bastante más baja que la del promedio de la zona.

Sin embargo, muchos dueños de inmuebles del área descuidan deliberadamente los edificios para forzar a los inquilinos antiguos a desalojar los apartamentos para dar paso a proyectos más rentables, sobre todo en zonas como Mount Pleasant, consideradas de interés histórico por la arquitectura victoriana de las casas de la zona.

Una iglesia bautista vecina del edificio también resultó afectada, con parte del techo desplomado y varios de los vitrales de principios del siglo XX derretidos por el calor. En la iglesia también funcionaba un albergue para indigentes que fue también afectado por el incendio.

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