El proyecto, presentado el miércoles, tiene 15 medidas enfocadas en el endurecimiento de leyes migratorias y en el reforzamiento de la frontera.

Un grupo de senadores republicanos presentó el miércoles un paquete de 15 leyes enfocadas a reducir la migración indocumentada en los Estados Unidos.

El grupo, liderado por el senador Jeff Sessions, de Alabama, es el mismo que maniobró para hacer fracasar el proyecto de reforma migratoria el año pasado en el Senado.

Las medidas incluyen provisiones para terminar la construcción del muro a través de 1,200 kilómetros de la frontera con México, instaurar el inglés como idioma nacional, cortar fondos federales a condados y ciudades que se declaren santuarios para los inmigrantes, endurecer los castigos para las empresas que contraten indocumentados, así como prohibir permanentemente el otorgamiento de licencias de conducir a indocumentados.

El paquete también contempla penas carcelarias de seis meses a 10 años para quienes crucen la frontera ilegalmente y denegar fondos para carreteras a estados que den licencias a indocumentados.

Sessions declaró que lo único que no se ofrece en este paquete es amnistía, en referencia al plan que fracasó el año pasado, que era apoyado incluso por el candidato republicano a la Presidencia, el senador por Arizona John McCain, y que ofrecía un camino a la legalización a unos 12 millones de indocumentados.

El senador por Carolina del Sur, Joe DeMint, quien presentó la medida para finalizar la construcción del muro, señaló que la frontera con México debe asegurarse con un muro porque es allí donde la práctica inmoral y detestable del tráfico de seres humanos sucede, donde miles de personas son vendidas en una práctica de esclavitud y de prostitución forzada, pero todavía más importante, porque la frontera es una amenaza para la seguridad nacional que deja a Estados Unidos vulnerable frente a terroristas y armas de destrucción masiva.

Este nuevo paquete de medidas antiinmigrantes se presenta justo en medio de una racha de leyes estatales y locales en varios estados del país para combatir la inmigración indocumentada. Se produce además en plena campaña presidencial, justo cuando el candidato republicano, John McCain, uno de los principales impulsores de la reforma migratoria hace dos años en el Congreso, intenta atraer de nuevo el voto latino.