Investigan a un cura de Zaragoza sospechoso de oficiar bodas de conveniencia

ABC, 02-03-2008

EP

ZARAGOZA. El sacerdote de la parroquia del barrio rural de San Gregorio, en la capital aragonesa, Francisco José H.O., ha sido acusado de un presunto delito de favorecimiento de la inmigración ilegal por oficiar bodas de conveniencia entre mujeres españolas y hombres de nacionalidad albanesa.

La Policía de Zaragoza detuvo al párroco a principios de febrero, por favorecer supuestamente la inmigración ilegal al amañar bodas entre españolas, en su mayor parte procedentes de Barcelona y de etnia gitana, y hombres de nacionalidad albanesa, según pública el Heraldo de Aragón.

El cura de la Parroquia de San Gregorio Ostiense estuvo un día en las dependencias policiales, pasó después a disposición judicial y actualmente está en libertad con cargos. El caso, instruido por un juzgado de la capital aragonesa, está bajo secreto de sumario ya que la investigación no se ha cerrado y en ella está involucrada una red ubicada en Cataluña.

Esta red sería la encargada de preparar los enlaces entre nacionales y extranjeros a cambio de dinero. El presunto fraude fue detectado hace poco por funcionarios del Juzgado de Registro Civil de Zaragoza, quienes sospecharon de tres bodas que se habían celebrado en la parroquia de San Gregorio entre mujeres españolas de etnia gitana vecinas de Barcelona y ciudadanos naturales de Albania.

Recelos

Los funcionarios comunicaron sus recelos sobre esos matrimonios a la juez del Registro quien, a su vez, lo trasladó a la Policía para que abriera una investigación, tras lo que se detectó que el número de bodas – celebradas desde hace casi un año – podría situarse entre cincuenta y un centenar.

La Policía, además de tomar declaración al sacerdote, ha citado durante estos días a vecinos del barrio, a los que mostró álbumes con fotografías de mujeres para averiguar si las habían visto por allí en alguna ocasión. En al menos ocho casos, la respuesta fue positiva.

Desde 2006, el Ministerio de Justicia, ordenó a los Registros Civiles de España extremar la vigilancia puesto que inmigrantes y mafias buscan iglesias pequeñas. En algunos casos se aprovechan de la bondad o ignorancia del sacerdote. En otros, pagan su servicio.

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