Médicos del Mundo atendió en 2007 a 341 mujeres que ejercen la prostitución

- Se trata de un programa de acercamiento y apoyo para reducir riesgos e informar sobre recursos - Una unidad móvil recorre clubes de alterne y calle, con 109 intervenciones el año pasado y 89 talleres sanitarios impartidos

Diario de Navarra, MARÍA JESÚS CASTILLEJO. . PAMPLONA, 01-03-2008

No hace falta irse muy lejos para toparse con la pobreza, el maltrato, la explotación… Aquí mismo muchas mujeres se ven obligadas a ejercer la prostitución para sobrevivir. Es uno de los colectivos del “Cuarto Mundo”, como lo llama la ONG Médicos del Mundo, no sólo dedicada a la cooperación con el Sur.
En 2007 en Navarra atendió a 341 mujeres prostituidas con un “Programa de Acercamiento” que abarcó 16 clubes de alterne, la mayoría en Pamplona y comarca, y a un grupo que ejerce en la calle.

Patricia Ruiz de Irizar es la coordinadora de la ONG, e Isabel Moreno, una de las dos trabajadoras sociales que acuden en una unidad móvil a clubes y a la avenida de Guipúzcoa de Pamplona para atender a estas mujeres , el 99% inmigrantes y sin papeles. Ambas recalcan que “la mayoría no quiere estar en la prostitución y lo deja en cuanto consigue papeles”. Pero se ven atrapadas en mafias y deudas, familias a las que mantener, sin acceso a un trabajo, el miedo a ser expulsadas, desconocimiento de que pueden pedir ayuda…

“Para Médicos del Mundo”, explica Isabel Moreno, “la prostitución no es un trabajo, sino una explotación de la mujer en todos los sentidos”, por situaciones de exclusión social. Pérez de Irizar añade que el “aislamiento” y la falta de contacto con el exterior, el miedo, el estigma social, el idioma incluso… hace que muchas “desconozcan” que pueden acceder a servicios, por ejemplo para revisiones médicas y prevención de infecciones, para recibir clases de castellano (diez chicas este mes), etc.

Primer contacto y talleres

Tras un primer contacto para explicar su misión, la unidad móvil acude una vez al mes a los clubes y a la avenida de Guipúzcoa para dar talleres sobre higiene, sida y otras infecciones, planificación familiar, etc. y repartir folletos y kits preventivos. Asimismo, informan sobre recursos sociosanitarios, y les conciertan citas, acompañándolas si lo piden. También pueden acudir a la sede de la ONG para recibir atención psicológica.

El fin es mejorar su salud – derecho que para la ONG es universal – , favorecer su autoestima y autonomía y que puedan ir dando pasos para reorientar sus vidas. Una atención que ellas agradecen mucho, sobre todo que “alguien” se preocupe por ellas y con un trato digno . "La acogida es muy buena, incluso piden que vayamos más ".

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