Gaspar Llamazares propuso ayer que los inmigrantes que residan en España puedan votar y ser elegidos en los comicios municipales, autonómicos y generales. Frente a la propuesta de Mariano Rajoy de obligar a los extranjeros a firmar un contrato de integración, el candidato de IU a la Moncloa propuso su equiparación efectiva con los españoles en derechos y libertades. La coalición de izquierdas considera la participación política un «elemento esencial» para la integración.

En un encuentro con un grupo de jóvenes de su partido, el coordinador general de IU tachó la filosofía del PP en torno a la inmigración de «racista, xenófoba, nacionalista y sectaria». Se trata, avisó, de una ideología «fuerte» que persigue el objetivo de «fracturar al sector obrero» a través del odio al extranjero para atraer a los trabajadores españoles de origen a la causa de «los que tienen más poder». El PSOE, aseguró, plantea una «política débil», que no va más allá de «reconocer y tolerar la diversidad».

El candidato de IU acusó a los socialistas de estar «en terreno de nadie», porque «intentan por un lado conjugar la regularización laboral y por otro echar una carrera con el PP para ver quién expulsa más inmigrantes». Su partido, recordó, ya presentó la pasada legislatura una iniciativa parlamentaria conjunta con el PSOE para facilitar el voto de los extranjeros en las elecciones municipales, propuesta que luego el grupo socialista «bloqueó». IU está dispuesta a impulsar una reforma del artículo 13 de la Constitución, que ahora limita esa participación a los ciudadanos de la UE.

Llamazares aseguró que su grupo apoyará cualquier regularización extraordinaria que impulse el Gobierno «si hay un colectivo importante» de extranjeros por salir de la clandestinidad. Expresó, además, su rechazo a cualquier expulsión de los extranjeros que hayan delinquido en España, otra de las propuestas incluidas en su programa por el PP. Los tribunales, resaltó, ya han dictado sentencias en contra de estas expulsiones y «anteponen la rehabilitación y la reinserción a la expulsión».

Frente a la filosofía «blanda» del PSOE, IU propuso un «programa realista, progresista y de izquierda» consistente en «considerar ya la inmigración como una parte de la ciudadanía española» para promover una sociedad «pluricultural». Llamazares resaltó que los adversarios de los trabajadores no son los extranjeros, a los que trató en todo momento como compañeros de clase, sino «los empresarios explotadores que quieren trabajadores esclavos, y los gobiernos que, como el PP, quieren mantener a los inmigrantes en la clandestinidad y luego utilizarlos para dividir a la clase obrera».