«El viejo y el niño»

Gara, 29-02-2008

Pero el tema de fondo de «El viejo y el niño» no deja de ser grave, pese a lo amable de muchas de las anécdotas que jalonan la narración. Muestra la sinrazón del racismo, un sentimiento inoculado en la sociedad de manera artificial, por ser ajeno a la verdadera naturaleza de los individuos que la componen. La cuestión es que el anciano protagonista es un convencido antisemita, en cuanto campesino ignorante que ha sido víctima de la propaganda nazi. Los rasgos judíos del niño al que cuida, después de que sus padres hayan decidido enviarlo al campo para ponerle a salvo del holocausto, no le impiden encariñarse con él, lo que evidencia que las aparentes causas de la xenofobia son falsas. No cabe duda de que el hecho de que desconozca el origen étnico del pequeño ayuda, pero tampoco hará nada por averiguarlo.

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