REPORTAJE: Chequeo a la Ley de Barrios

Terrassa, el ladrillo al final

El Consistorio prioriza la integración de los inmigrantes en Ca n'Anglada

El País, SÍLVIA MARIMON, 25-02-2008

“El Plan de Barrios se ha hecho cuerpo a cuerpo y ha empezado en las comunidades de vecinos”. Así describe el director del Plan de Barrios, Pere Montaña, el trabajo de su equipo. Terrassa colocó en la primera tanda de la Ley de Barrios el proyecto para rehabilitar Ca n’Anglada, Montserrat, Torresana y Vilardell. Para ejecutarlo tiene 17 millones de euros, que aportan a medias la Generalitat y el Ayuntamiento. Éste, de momento, ha sido austero. En tres años se han gastado 2,48 millones en proyectos socioeconómicos y 3,42 millones en obras. Faltan por ejecutar la mayoría de los proyectos urbanísticos.

Entre los logros más visibles está la avenida de Barcelona, aunque la reconversión de esta arteria con mucho tráfico en rambla ya estaba en marcha. Han empezado las obras de una pasarela que cruzará la riera y unirá Ca n’Anglada con el nuevo polideportivo. En proyecto están la reforma de los puentes de la calle de Extremadra y de Navarra, y se va a construir uno nuevo, el de la calle de Cantabria. Se han soterrado líneas eléctricas, se han ampliado arcenes y pavimentado calles.

Los responsables del Ayuntamiento no se cansan de repetir que el ladrillo se ha dejado para la última etapa. La prioridad es lograr espacios de convivencia. “Hemos ido a cada escalera, a las panaderías, a los comercios. Hemos dado asistencia técnica para asesorar a los presidentes de las comunidades de propietarios, les hemos ofrecido traductores…”, explica Montaña. Un trabajo que el Ayuntamiento espera que se note con el tiempo. Ca n’Anglada tiene un estigma que quiere sacarse de encima: el polvorín de disturbios racistas que estalló en julio de 1999 y que cogió a todos desprevenidos. “Nadie puede descartar que vuelvan a suceder incidentes, pero ahora estaríamos preparados y las consecuencias tampoco serían las mismas”, enfatiza Montaña.

Carme Labòria, la concejal de Urbanismo, asegura: “Hemos plantado una semilla, aunque los frutos no los podremos ver hasta dentro de unos años”. El objetivo, asegura, es “implicar a los vecinos y cambiar actitudes, descubrir nuevos espacios para hacer cosas y nuevas maneras de hacerlas”.

Montse Martínez, directora adjunta del Plan de Barrios, se ha paseado por los cuatro barrios. Conoce a casi todo el mundo. Martínez explica que se está ajardinando la ermita románica de Ca n’Anglada y trabajan en ello personas formadas en un de programa de ocupación del Plan de Barrios. Uno de los proyectos con más éxito ha sido el local para jóvenes, el Esp@i Bit D2, con talleres de cajones flamencos, radio, play, teatro, breakdance, graffiti… Ha permitido que jóvenes de orígenes dispares se conozcan.

Mokhtar Akhassan llegó a Cataluña hace 20 años y desde hace siete vive en Ca n’Anglada. Tiene dos comercios y es de los pocos inmigrantes de la Asociación de Comerciantes. Participa en casi todas las actividades, porque quiere que “se mejoren las cosas”. Asegura que le ha tocado hacer el papel de intermediario: “Yo voy a las reuniones y después los otros inmigrantes me preguntan”. Dice notar los cambios. “Ahora la gente se habla, hay más comunicación”.

Se nota que ha entrado un balón de oxígeno en Ca n’Anglada. Se ve algo impensable hace unos años: bloques en construcción. Hace cinco años este barrio estaba a la cola de Terrassa en promociones de pisos. Desde hace dos está en segundo lugar.

El presidente de la Asociación de Comerciantes, Antonio Sánchez, esperaba que con el plan llegase “la revolución” y gente joven. Está satisfecho. “A primera vista cuesta de ver, pero hay diferencias. Ha habido integración, los inmigrantes participan en las actividades de los comerciantes y van a los comercios de los autóctonos, cosa que antes no hacían”, afirma.

Ni en la junta de la Asociación de Comerciantes ni en la de la Asociación de Vecinos de Ca n’Anglada hay inmigrantes. El presidente de esta última, Felipe Arenas, argumenta que “no se han acercado”, pero valora el trabajo en las comunidades de vecinos. “Ahora no hay tantos problemas”, asegura.

El presidente del Fútbol Club San Cristóbal, Plàcid Lordán, explica que en la escuela de la entidad hay 350 niños, el 20% de otros países. Algunos han recibido becas poder entrenar, como consecuencia de la Ley de Barrios. “Antes los padres se ponían en grupo en un rincón de la tribuna y ahora se entremezclan”, afirma.

No tan satisfecha está la Asociación de Vecinos de Torre – sana. El Ayuntamiento asegura que se han creado grupos de trabajo para consensuar los proyectos. La presidenta de la asociación, Pilar Altimira, opina que no se les ha escuchado demasiado: “Al final han impuesto lo que ellos querían”. El tesorero de la entidad, Jordi Corbella, se queja de las deficiencias del barrio: “Para ir al centro se tarda 45 minutos en autobús”.

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