"Estaba lleno de sangre en el suelo y seguían pegándome con los palos"

Un vecino de Carcaixent recibe una paliza en el asalto a su chalé por cinco encapuchados

Las Provincias, XAVIER PÉREZ, 11-02-2008

Mirela y Gelu vinieron a España desde Rumanía en busca de tranquilidad y mejor calidad de vida para su matrimonio. Pero esa quietud se truncó el pasado miércoles por la tarde, de forma violenta, cuando cinco encapuchados asaltaron su chalé en la Barraca d’Aigües Vives, en el término municipal de Carcaixent. El robo estuvo muy cerca de acabar en tragedia.

Gelu, un hombre de casi 1,90 metros de estatura, fue agredido con hachas y bates de béisbol por varios de los delincuentes rumanos. La víctima sufrió graves lesiones en la cabeza, por lo que tuvo que ser atendida en el Hospital de la Ribera.

Los atracadores saltaron uno de los muros de la parcela e incluso, como indicó el agredido, “llevaban veneno para matar a los perros”.

“Estoy molido, tengo nueve cortes en la cabeza y dos dedos rotos, además de numerosas contusiones. Me duele todo el cuerpo”, aseguró Gelu.


Bolsa de basura en la boca

Mirela, su esposa, sólo tiene alguna contusión. “Ataron a mi mujer y le pusieron una bolsa de basura en la boca”, señaló. “Está traumatizada y en su mente ve a los ladrones a cada instante”, explicó el rumano agredido.

Gelu no esperaba que este tipo de ataques los sufriera aquí en España. “Da igual que hayan sido rumanos o no. Vienen a por el dinero, pero yo no tengo. Soy un trabajador.”

El agredido manifestó que ya ha alquilado un piso en el pueblo. “Aquí no queremos seguir. Hemos pasado verdadero miedo. No se puede explicar con palabras. Nos iremos a vivir a Carcaixent”, afirmó.

Aún no ha conseguido borrar de su memoria el día del asalto. “Vine sobre las siete y media de trabajar. Me puse a ver la tele en la planta baja y me dormí. Mi mujer estaba arriba en la cocina.”

De repente vio cómo cinco hombres encapuchados comenzaron a agredirle con palos. “Yo intenté defenderme, pero la paliza fue tan brutal que no pude hacer nada. Estaba en el suelo con la cara llena de sangre y seguían pegándome con los palos”, explicó la víctima.

“Me preguntaban dónde estaba el dinero, y cada golpe era más fuerte”, recuerda Gelu. Los perros comenzaron a ladrar, y los vecinos se dieron cuenta de que algo estaba pasando en el chalé. Salieron al camino y llamaron a la policía.

Cuando llegaron los primeros agentes a la casa situada en la partida de la Galiana, los delincuentes ya se habían marchado sin llevarse ningún botín.

Los agresores dejaron un coche aparcado en un camino cercano para huir con rapidez. La carretera CV – 50 está a unos 500 metros de distancia del chalé. Esta forma de actuar es muy similar a la utilizada por la banda que asaltó al chalé del conseller Blasco, también en la Barraca d’Aigües Vives, el pasado 18 de enero. Cuatro encapuchados amordazaron al casero y entraron en la vivienda, pero tampoco se llevaron nada porque no había caja fuerte en la casa.

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