Impresiones

Esclavos al otro lado de la puerta, en el siglo XXI

El Mundo, 10-02-2008

Hoy, en pleno siglo XXI y a sólo una hora de vuelo de las Islas Canarias, aún existen esclavos. En nuestro suplemento Crónica recogemos los testimonios de algunos de ellos, y son estremecedores. Es la primera vez que se oye su voz, pues las autoridades no han empezado a reconocer hasta ahora tamaña vergüenza y las víctimas tenían terror a contar su historia por miedo a represalias. Pese a que el país abolió oficialmente la esclavitud hace dos décadas, y pese a que el turismo – y por tanto, la llegada de visitantes – es un negocio pujante, se calcula que en el país aún hay 400.000 esclavos. Las personas que están sometidas a un amo no tienen papeles, son analfabetas (no se les permite ir a la escuela), ni siquiera saben su edad, no pueden casarse libremente (lo harán cuando y con quienes digan sus dueños), no cobran por su trabajo, pueden ser vendidos o regalados a voluntad y separados de sus familias, las niñas son violadas impunemente… Varias organizaciones humanitarias que trabajan en Mauritania tienen que esconder todavía en los suburbios a centenares de personas que han rescatado de la esclavitud por el temor a que sus antiguos dueños les maten como venganza a su atrevimiento y escarmiento para otros esclavos. Así las cosas, su única esperanza es la ayuda y la presión internacional. España y la UE en su conjunto no pueden mirar hacia otra parte. Tienen que procurar que los Derechos Humanos se respeten también a 350 kilómetros de nuestras fronteras.

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