La tensión entre los grupos de extrema izquierda y extrema derecha se ha acrecentado en los últimos meses. Los antifascistas aludieron ayer a Carlos Javier Palomino, el joven de 16 años asesinado en noviembre en el metro de Legazpi por un soldado de ideología ultraderechista. Palomino se dirigía a reventar una manifestación de Democracia Nacional en contra de la inmigración. Este suceso conmocionó a los antifascistas.

Los ultraderechistas también mencionaron a su última víctima, Jesús Martín, que aún se repone, en el hospital Doce de Octubre, de la paliza que recibió por parte de unos jóvenes de estética red skin en Villaverde el 31 de enero. El hombre, supuestamente neonazi, sufrió golpes y quemaduras. A raíz de estos hechos, componentes de ambos grupos proclaman que actúan en defensa propia y que “ninguna agresión quedará sin respuesta”.