Los inmigrantes rechazan la oferta de Rajoy, aunque muchos la desconocen En la madrileña plaza de Lavapiés, barrio multicultural por excelencia, costaba encontrar ayer a alguien que estuviera al corriente del Contrato de Integración que propone el líder del PP, Mariano Rajoy, por el que los inmigrantes se comprometen a adaptarse a las costumbres españolas.

«¿Rajoy? ¿Y ése quién es?», preguntaba Luis Alberto, un ecuatoriano en paro. «No conocemos la propuesta», indicaba un grupo de marroquíes. «Yo sólo trabajar y papeles», alegaba escuetamente un subsahariano.

Los más informados se oponían: «Llevo 15 años en España y jamás he violentado las leyes ni he necesitado ningún contrato para integrarme. Esta propuesta es electoralista. Ni yo ni mis amigos votaremos al PP», explicaba Santiago Félix Pérez, dominicano ya nacionalizado español.

Una ecuatoriana que cuidaba a unos niños en un parque se quejaba: «¿Cómo vamos a cumplir las leyes si los españoles tampoco las cumplen? ¡Que den ejemplo!».

Los españoles consultados se mostraban, sin embargo, a favor del enunciado de la propuesta: los inmigrantes deben «respetar las costumbres, aprender la lengua y pagar sus impuestos como todos los demás». Algunos consideraban innecesario un acuerdo contractual. «No hace falta un contrato. Eso es algo formal que no vale para nada», argumentaba Fernando. Otros, en cambio, pensaban que un compromiso por escrito supondrá una mayor implicación a la hora de integrarse en el país. «Algunos no se adaptan y hacen lo que les da la gana», decía Eusebio, de 74 años.

Muchos se oponían al uso del velo islámico por parte de las mujeres musulmanas. «Las veo en el supermercado completamente tapadas. Sólo se les ven los ojos», manifestaba Fernando.

Eso sí, los inmigrantes temen que el PP llegue al Gobierno y frene las reagrupaciones familiares e imponga una política de Extranjería más restrictiva. Dani lleva ocho años en España y se considera totalmente integrado sin necesidad de contrato: «Cotizo desde hace cinco años a la Seguridad Social, no tengo problemas con mis vecinos. Tenemos miedo de que Rajoy llegue al Gobierno».