Aulas de Babel

Iraníes, húngaros, daneses, chilenos, burkineses, rusos, chinos... El colegio Nuestra Señora del Carmen de Estepona acoge en sus clases a alumnos de más de una treintena de nacionalidades

Diario Sur, TEXTO: MERCEDES PERIÁÑEZ / YEDALAMO / FOTOS: M. P. / SUR / ESTEPONA, 03-02-2008

UN enorme cartel da la bienvenida a la entrada en más de una decena de idiomas. Es la antesala de lo que guardan las aulas del colegio Nuestra Señora del Carmen de Estepona. Un mundo en miniatura con cientos de niños representantes de las culturas de casi todos los continentes. Escolares de más de una treintena de nacionalidades diferentes conviven a diario en estas clases.

Tao es chino. El primer día que llegó a clase no hablaba nada de español. «Le tuve que preguntar a mi compañero de pupitre cómo se llamaba en inglés. Sólo me contestó: Nacho», recuerda. Hoy habla casi a la perfección el español, recuerda las dificultades que él atravesó a su llegada al centro y se ofrece de traductor entre los niños que llegan procedentes de su país y los profesores.

Es una de las curiosidades. Lo cierto es que los días en el colegio están repletos de anécdotas que los docentes conservan en su memoria. La directora del centro, María Ángeles Bañuelos, los conoce a todos y sonríe cuando recuerda una de las situaciones más singulares. «Me sorprendió ver a un niño de las proximidades de Siberia sentado en clase con otro de Tarifa, jugando sin saber una palabra del idioma del otro, y convertidos con el tiempo en amigos inseparables. Los niños – prosigue la directora – no tienen la cantidad de tabúes y barreras que nos ponemos los mayores; se ven iguales».

El respeto y la tolerancia son los protagonistas de la convivencia en el colegio. «La integración de los menores es muy rápida. Cuanto más se alejan sus idiomas del nuestro es más fácil la integración porque la necesidad de comunicación es más fuerte», explica Francisco Javier Cañas, jefe de estudios del colegio. Eso sí, no siempre ha existido este comportamiento entre los pequeños. «Antes, la comunidad extranjera estaba formada principalmente por británicos. Ellos formaban sus propios guetos y no se relacionaban con el resto. Ahora la situación ha cambiado y las aulas son un reflejo de la cantidad de nacionalidades que conviven en nuestro municipio y nadie usa el término extranjero como algo peyorativo».

Británicos

La presencia de alumnos foráneos se ha multiplicado en el colegio en los últimos seis años. Es una muestra de la transformación que ha sufrido el municipio esteponero, donde el 25% de la población es foránea. La británica es la nacionalidad más repetida dentro de las aulas, seguida de la marroquí, las iberoamericanas y en los últimos años se han sumado a éstas los alumnos procedentes de los países del Este de Europa. Estas son las más frecuentes, pero hay muchas más. Janette es de Burkina Faso (África occidental). La cultura de su país y la del nuestro apenas tienen puntos en común. «Los primeros días siempre me ponía a llorar, pero los compañeros y los profesores me ayudaban en todo y aprendes muchas cosas de ellos», relata. Su compañero Sefer es de Irán. «Cuando llegué sentía vergüenza porque los niños no paraban de preguntarme muchas cosas de mi país», rememora este niño de diez años.

El idioma no es un obstáculo para los pequeños. El colegio cuenta con un programa de apoyo lingüístico para extranjeros donde durante varios días a la semana se les ofrece apoyo para aprender la lengua española.

Planes de apoyo

Un total de 14 niños participan en esta iniciativa. «Se dan casos de niños que llegan sin saber una palabra de nuestro idioma; se integran en la clase que les corresponde por su edad y se les incluye en un plan de acogida donde se dividen en función del nivel de alfabetización», explica la directora del colegio Nuestra Señora del Carmen. A esto se une una adaptación de la señalización del centro a los idiomas más habituales.

Esta educación para la integración que reciben en el centro favorecerá en el futuro las conductas tolerantes. Este es uno de los retos con el que los docentes del centro trabajan a diario. No en vano ellos serán los protagonistas de nuestra sociedad en los próximos años.

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