Otra patera más frente a las costas de la Comunitat. Una situación que hace años se hubiera considerado excepcional, desde 2007 empieza a ser cada vez más habitual. El Gobierno ya anunció más radares fijos, pero el Consell critica el retraso del refuerzo de medios.

Y mientras, la región gana cada vez más protagonismo por la llegada de pateras. Nuevamente ayer saltó la voz de alarma. Alrededor de las tres y media de la tarde un buque que transportaba gas avistó una patera a la deriva con varios inmigrantes.

Inmediatamente, desde el Centro de Salvamento Marítimo de Valencia partieron una embarcación y un helicóptero en dirección al lugar del hallazgo, a unas 85 millas frente a las costas alicantinas. No era un trayecto corto. El barco de auxilio tardó casi cuatro horas en llegar.

Sin embargo, el buque que avistó la patera permaneció en todo momento próximo al cayuco hasta que acudió el personal de Emergencias.

Pero los problemas comenzaron con la llegada del helicóptero. Cuando se disponían al rescate de los inmigrantes, la grúa sufrió una avería. El personal de rescate no podía descender hasta la embarcación, recoger a los inmigrantes y subirlos de nuevo al aparato.

El helicóptero tuvo que regresar al aeropuerto de Valencia. Por suerte, otro aparato de similares características se encontraba en la base de Valencia, ya que actualmente se están realizando unos cursos de pilotaje.

Tras el nuevo trayecto el barco de Salvamento Marítimo y el helicóptero llegaban al mismo tiempo al lugar. Los inmigrantes subieron a la embarcación de Fomento sin más problemas, ya que el mar no presentaba mal estado.

Fuentes de Salvamento indicaron que todos los rescatados estaban aparentemente en buen estado de salud y no viajaban ni mujeres ni niños. Se desconocía, no obstante, la nacionalidad de estas personas.

Al cierre de esta edición, todos los inmigrantes viajaban en dirección al puerto de Alicante, donde estaba previsto que amarrasen a la una de la mañana. Los responsables descartaron el traslado al helicóptero por la peligrosidad de la maniobra en plena noche. Una vez en tierra, Cruz Roja evaluará el estado de salud de los inmigrantes y se hará cargo de su alojamiento.

Tampoco queda claro el trayecto que recorren las pateras que arriban a la Comunitat. Se ignora si parten desde las costas africanas o si recorren gran parte del viaje en otro barco de mayor tamaño desde el que luego se lanzan al mar. Esta última hipótesis – la posibilidad de un barco nodriza – es la que sostiene la Guardia Civil, aunque desde el Ministerio del Interior, por el momento, nunca han confirmado este extremo.

Otra de las sospechas de la Guardia Civil es que grupos dedicados al tráfico de drogas utilicen a los inmigrantes como cebo para despistar a las Fuerzas de Seguridad.

El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, denunció ayer la política migratoria del Gobierno central y lamentó que cinco meses después de la llegada de la primera patera con inmigrantes, el litoral “sigue sin contar con radares fijos y sin los efectivos policiales necesarios para hacer frente a esta situación”, según un comunicado.

El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Antoni Bernabé , aseguró que el Gobierno central “ha reforzado todo el dispositivo de vigilancia marítima”, de modo que ahora “contamos en la Comunitat Valenciana con tres estaciones de radares móviles, una en cada provincia, y ya están adjudicadas y en proceso de instalación las seis estaciones fijas que van a cubrir la costa de la Comunitat”.

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