Los paquistanís se indignan por el cierre de una radio propia

El Periodico, EDWIN WINKELS, 30-01-2008

Para los paquistanís, es un capítulo más en el acoso a su comunidad en Catalunya después de las detenciones de los presuntos terroristas hace 10 días en el Raval. Para la Generalitat, es un mero ejercicio de cumplimiento de la ley de las telecomunicaciones, que prohíbe a emisoras de radio sin licencia ocupar una frecuencia en el dial.
El 105.4 FM, donde emite desde marzo del año pasado la cadena Pakcelona, bullía ayer de indignación expresada por sus oyentes cuando la comunidad paquistaní se enteró de que antes del lunes tiene que plegar sus antenas, ante la amenaza de una fuerte sanción económica. “Cada uno puede pensar lo que quiere, pero no es casualidad que la orden de cierre venga justo ahora, en plena época de difamación de los paquistanís”, dice Raja Shafiq, dueño de un restaurante kebab en El Prat de Llobregat que alberga el estudio de Pakcelona en el almacén.
Shafiq solo pierde dinero con la radio, pero dice que la mantiene por el bien de la comunidad paquistaní, muy enganchada a la emisora, que cada día imparte tres clases en catalán y otras tres en castellano. “Además, damos todo tipo de consejos a nuestros compatriotas de cómo comportarse en Catalunya, cómo abrir una tienda, etcétera”.

PRIMER AVISO
En abril del año pasado, Shafiq ya recibió de la Generalitat el requerimiento de dejar de emitir, ya que la cadena Flaix se quejaba de que interfería en su señal en algunos barrios de Barcelona. Flaix FM se encuentra en el 105.7. “Encargué un estudio a un técnico independiente, que no detectó ninguna interferencia, y recurrí el cierre. No supe nada más hasta que el lunes me llamaron para decirme que cerrara ya”, dice Shafiq, que admite que no tiene licencia, pero que añade que hay otras 27 emisoras en Barcelona en la misma situación y que sí pueden seguir emitiendo.
En la Conselleria de Cultura i Mitjans de Comunicació, de la que depende la Secretaria de Telecomunicacions i Societat de la Informació, aseguran que hay 13 expedientes abiertos a otras tantas emisoras ilegales, algunas de las cuales ya habrían dejado de emitir voluntariamente. “No se trata en absoluto de una persecución de los paquistanís, sino que la Generalitat defiende los intereses legítimos de una emisora legal, Flaix, que sufre las interferencias de una radio pirata”.
Paradójicamente, desde otras esferas de la Generalitat no se considera a Pakcelona y otras emisoras sin licencia, muchas de ellas dirigidas a los inmigrantes suramericanos, como piratas, sino como un vehículo idóneo para facilitar la integración de los inmigrantes en Catalunya. Algunas radios ilegales incluso tienen acuerdos con la Administración catalana para recibir ayudas – – de asesoramiento o materiales – – por su labor de integración cultural y lingüística de un colectivo que apenas sintoniza con las radios convencionales.

SIN RELIGIÓN
“Si doy la voz, todos saldrían a manifestarse. Hay muchos que ya me lo piden, pero no quiero este tipo de acciones”, dice Raja Shafiq, que lleva 33 años en España, tiene la nacionalidad española y que ha rechazado convertir a su emisora en un altavoz religioso o integrista. “Incluso aconsejamos a los oyentes que denuncien a otros paquistanís cuando detectan ideas terroristas. Pero rechazamos que ahora se piense que todos los paquistanís somos terroristas”.

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