Marisela Madrid (Honduras) estudió Microbiología y Química en su país y ejercía en el ámbito clínico. En Honduras se enamoró de un hombre de Azkoitia y, como él tenía que volver a Euskadi y a ella se le terminaba el contrato, decidió trasladarse con él a Guipúzcoa.

Al principio no trabajaba porque esperaba homologar su título, pero al ver que no era posible, decidió conformarse con emplearse en el servicio doméstico. “Sientes impotencia, porque supone reconocer tu incapacidad para ejercer tu profesión, aquello para lo que has dedicado tu vida”, lamenta. Desde entonces ha trabajado temporalmente cuidando niños, limpiando y haciendo encuestas. Sueña con hacerse un hueco como auxiliar en algún laboratorio. Y destaca “la vinculación a las cargas familiares” como la causa por la que las condiciones laborales de las mujeres son peores.