La política de mano dura con los inmigrantes lleva a la CDU alemana a la derrota en Hesse

Roland Koch pierde ante la socialdemócrata Andrea Ypsilanti, que deberá ahora buscar alianzas para poder gobernar

Diario Sur, ENRIQUE MÜLLER, 28-01-2008

Alemania vivió ayer una jornada electoral que puede cambiar su rumbo político cuando faltan menos de dos años para las generales. Los resultados obtenidos en Hesse y Baja Sajonia dejaron un mal sabor de boca a la CDU de la canciller, Angela Merkel. Su candidato en Hesse, Roland Koch, que recurrió durante la campaña a la peor retórica del populismo de derecha contra los jóvenes violentos de procedencia extranjera, vivió el episodio más amargo de su carrera política al sufrir una debacle que nadie esperaba.

Los votantes rechazaron de forma categórica su línea dura y le castigaron con la pérdida de más de trece puntos con respecto a los comicios anteriores. Hace cuatro años, Koch ganó con mayoría absoluta. Ayer, el democristiano de 49 años perdió el ‘lander’ y también la posibilidad de convertirse en el príncipe heredero de Merkel. «Los electores no han sabido entender mi mensaje», dijo anoche, cuando también advirtió sobre «las consecuencias que puede tener una política irresponsable» en caso de que gobernara el SPD.

La socialdemócrata Andrea Ypsilanti venció con el 37% de los votos y demostró que el giro a la izquierda del SPD que impuso su máximo líder, Kurt Beck, tiene futuro. No obstante, la política, de 50 años, deberá buscar una alianza para hacerse con el poder. Teóricamente, podría formar Gobierno con los Verdes y el partido La Izquierda o invitar a la CDU a una gran coalición en el estado.

En Baja Sajonia la CDU tuvo mejor suerte, pero a pesar del triunfo de Christian Wulff, que podrá seguir gobernando junto al Partido Liberal, sufrió una severa perdida de votos. Hace cuatro años, Wulff se impuso con un esplendido 48%. Ayer, el telegénico político democristiano defendió su cargo con sólo un 42 por ciento.

Estado de Schröder

Tal como todo el mundo esperaba, el SPD no logró levantar cabeza en Baja Sajonia, el estado que vio nacer a Gerhard Schröder, y obtuvo un miserable 31% de votos. La sensación del día la protagonizó el partido La Izquierda, que logró un inesperado y magnífico 7%. Hasta ayer, sólo había cosechado éxitos electorales de magnitud en los cinco estados que pertenecían a la ex RDA y su peso especifico era casi nulo en Occidente.

Los buenos resultados obtenidos en Hesse y Baja Sajonia convierte a los comunistas reformados y a los disidentes socialdemócratas en un nuevo factor de poder político, una realidad que nadie podía imaginarse cuando la Alemania comunista dejó de existir.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)