Holanda ya no es tan liberal

El Periodico, JOSEP Pernau, 28-01-2008

Dijeron que liberarían a la mujer del burka. Occidente se lo creyó, el presidente Bush declaró la guerra a los talibanes afganos y formalmente consta que la ganó. Pero, ¿se logró el objetivo del rechazo de la prenda que las convierte en un bulto? No iba a hacer falta la prohibición, porque ellas se darían cuenta de que solo es un trozo de trapo que las degrada, y el mundo vería con satisfacción el espectacular cambio social de las mujeres cuando pueden decidir en un marco de libertades.
Hasta aquí las previsiones, que siempre son muy bellas y que nunca tienen nada que ver con la realidad. Han pasado los años y el burka goza de buena salud. Es posible que hayan sido los maridos los que le han asegurado la pervivencia. Un pacto con Bush puede haber cambiado los planteamientos iniciales. Los afganos dejarán tranquilo al poder que viene de América, y este no se entrometerá donde no le llaman. Y así puede haber ocurrido que el burka haya ganado posiciones en la mis – mísima Europa. La Holanda que fue liberal se ha vuelto posibilista. De un millón de inmigrantes de fe musulmana, hay 50 mujeres que se cubren con burka o algo parecido, que gozarán de licencia para taparse al 100%, salvo en las escuelas y en los centros oficiales. Y, si bien la ley limita el uso de los atuendos que son la máxima expresión del pudor, deja en total libertad la cobertura femenina con prendas que no tapen enteramente el rostro.
La vida depara sorpresas inesperadas. Jamás habría imaginado ver en una disposición oficial de la Holanda permisiva la concreción del número de centímetros del cuerpo que una mujer puede no mostrar. La Holanda de hoy ya no es lo que fue. Hace poco leíamos que, en Amsterdam, hasta los escaparates – prostíbulo van a desaparecer.

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