España necesitará entre 2,5 y tres millones de trabajadores inmigrantes cualificados en los próximos 15 años. Esta es una de las conclusiones del informe realizado por Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, para la empresa de trabajo temporal Manpower y que fue presentado esta semana.

El estudio argumenta estas cifras haciendo una radiografía del pasado, del presente y de las perspectivas de futuro de las mujeres en el mercado de trabajo español.

El Indice Laboral Mampower, subraya que la tasa de actividad de las mujeres en 1977 se situaba en el 33%, mientras que en 2007 casi se multiplicó por dos (64%).

Por lo que a las previsiones de futuro se refiere, y atendiendo a criterios demográficos, el informe estima que, hasta 2023, la tasa de ocupación de las mujeres crecerá mucho menos, sólo cuatro puntos, para acercarse al 70%, lo que supondrá un incremento de 300.000 mujeres nativas más en el mercado laboral. Esto es, que si la aportación de las mujeres al mercado de trabajo entre 1977 y 2007 alcanzó a cuatro millones de trabajadoras, entre 2007 y 2023 afectará, únicamente, a 300.000 trabajadoras nativas.

Baja natalidad

El informe pone también de manifiesto que en el periodo analizado (1997 – 2007), la oferta de empleo ha generado 5,5 millones de puestos de trabajo, un 75% de los cuales fue ocupado por mujeres».Sin embargo, la base de mujeres activas de menos de 30 años se reduce cada vez más, como consecuencia de la baja natalidad.Por ello, concluye el profesor Oliver, «la inmigración va a tener que jugar un papel excesivo para cubrir las demandas de mano de obra. Sobre todo», subrayó, «a partir de 2010 – 2012».

«El fuerte avance de la tasa de actividad femenina nativa, junto con el aumento de la tasa de ocupación y la reducción del paro responden no sólo a modificaciones en la dinámica de la estructura productiva, vía demanda de empleo», se precisa, «sino que depende de los cambios en la población femenina que se encuentra en edad laboral (16 – 64 años) y de las variaciones en su tasa de actividad en el mercado».

Al tiempo, se advierte de que el bajo crecimiento de la población de las mujeres nativas (0,5% promedio anual en los últimos 30 años) frente al crecimiento de su población activa (2,6% en el mismo periodo) da cuenta de una fuerte presión sobre la tasa de actividad. Es decir, mientras que la población femenina nativa potencialmente activa aumentó un 15,4%, (1.697.000 trabajadoras nuevas) entre 1997 y 2006, el número de nativas activas creció un espectacular 111% para colocar en el mercado de trabajo a 3.946.000 trabajadoras.