Si España no va a África, África vendrá a España. Con esta filosofía emprendió ayer el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, una gira por África subsahariana que le llevará a cuatro países (Malí, Guinea – Bissau, República Democrática de Congo y Etiopía) en cinco días en los que España se comprometerá a donar 55 millones. En 2005, cuando se produjo la avalancha de inmigrantes en Ceuta y Melilla, Moratinos ya hizo un periplo similar. Ahora se trata de cosechar resultados.

En 2005, la presencia española en Malí se limitaba a algunas congregaciones religiosas, unas pocas ONG y el pintor Miquel Barceló. Ayer, Moratinos inauguró la nueva sede de la cancillería, la residencia de la embajadora y la Oficina Técnica de Cooperación. Al acto acudió su homólogo maliense, Moctar Ouani, y otros dos miembros del Gobierno de Bamako. Por la mañana le recibieron el presidente, Amadou Touré, y el primer ministro.

La visita de Moratinos sirvió para que España se comprometiera a donar a Malí “no menos de 30 millones de euros de fondos no reembolsables en los próximos tres años”, además de hasta 10 millones en microcréditos. El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, visitará el país en febrero para concretar la contratación de unos 300 trabajadores locales, como temporeros para el campo catalán. También está previsto ubicar en Bamako el centro de formación de cooperantes españoles para toda el África subsahariana.

Devoluciones discretas

Con Malí no fue necesario firmar un acuerdo sobre inmigración, ya que su presidente lo suscribió cuando estuvo en España en enero de 2007. Antes ya admitió repatriaciones siempre que se hicieran con discreción. Malí es, tras Senegal, el segundo país emisor hacia España y no sólo de sus nacionales, pues se trata de un territorio de tránsito.

Otro exportador de mano de obra es Guinea – Bissau, donde el ministro firmará hoy el quinto acuerdo de inmigración de “segunda generación” (tras Cabo Verde, Malí, Guinea Conakry, Gambia y Senegal, aunque este último de menor rango). Se denominan así a los tratados que no sólo prevén repatriaciones, sino también control de fronteras y de cooperación al desarrollo. Recibirá 15 millones.