La joven rumana de 20 años, que murió carbonizada anteanoche en un descampado de Alcalá de Henares tras ser rociada con un líquido inflamable, no había presentado denuncia alguna de malos tratos contra su pareja y presunto asesino, también de la misma nacionalidad. Así lo afirmó ayer el alcalde de esta localidad madrileña, Bartolomé González, quien señaló que la víctima, A. B., tampoco había requerido los servicios del Centro Asesor de la Mujer.

El Ayuntamiento y la Universidad de Alcalá celebraron a mediodía de ayer una concentración en repulsa de este nuevo caso de violencia machista, el segundo registrado en esta localidad en menos de una semana, después de que el día 17 Yolanda Becerra muriera apuñalada presuntamente a manos de su pareja, quien presuntamente también mató al hijo de ésta, de 11 años. El alcalde ha condenado «este nuevo atentado machista» del que han trascendido muy pocos datos debido a que el juez ha decretado secreto de sumario, y al hecho, confirmado por Efe, de que está resultando muy difícil la identificación completa de la víctima por el estado de su cadáver. Ningún familiar se ha puesto, de momento, en contacto con las fuerzas de seguridad.

El presidente de la Asociación para la Integración y Ayuda al Pueblo Rumano, Jorge Gainar, ha indicado que se han puesto en contacto con el consulado, «pero nos han dicho que no ha llamado nadie, que no tienen ningún tipo de noticia». Fuentes de la Embajada de Rumanía en Madrid rehusaron facilitar dato alguno de la víctima y tampoco informaron sobre si su cadáver será repatriado a su país de origen, debido, dijeron, a que el caso está bajo secreto de sumario. El alcalde ha manifestado que el hecho de que en cinco días se hayan producido tres asesinatos por violencia machista en Alcalá no es otra cosa que «pura casualidad».

La joven fue arrojada de un coche y posteriormente su asesino le prendió fuego, aunque se desconoce si la mujer estaba viva en el momento en que fue quemada. Un vecino del barrio de Espartales, donde ocurrieron los hechos, fue el primero en avisar a la Policía Local. Varios centenares de vecinos se concentraron en silencio ayer en la plaza de Cervantes frente al Ayuntamiento durante cinco minutos en repulsa por el asesinato de la joven.