Autobuses escolares sólo para gitanos en un distrito de Roma

ABC, 13-01-2008

VERÓNICA BECERRIL

SERVICIO ESPECIAL

ROMA. No estamos en 1955, en un autobús amarillo en Montgomery, en los duros tiempos del racismo en el sur de EE.UU. Estamos en 2008 en Roma, donde la propuesta de un concejal de habilitar un transporte escolar separado para trasladar a los niños gitanos de un distrito de la capital italiana provocó ayer una ola de indignación que obligó al edil a presentar su renuncia.

«El comportamiento vivaz de algunos niños gitanos rumanos hacia otros niños ha generado la protesta de sus padres – se lee en la moción aprobada por el consejo comunal del VII Municipio de Roma – , que, a pesar de la presencia de dos acompañadores, han pedido que sus hijos sean llevados al colegio en un autobús sin los niños rumanos».

La moción fue presentada por el consejero del partido Rifondazione Comunista, Lucio Conte, y aprobada al unísono. Pero, a raíz de que la noticia saltara a los medios de información, se levantó un polvorín que llevó a la dimisión de su promotor. «El comportamiento del consejero Lucio Conte – explicó en una nota el secretario de Rifondazione, Massimiliano Smeriglio – es incompatible con la cultura política y la práctica social de nuestro partido. Por este motivo, hemos pedido y obtenido la dimisión del partido del consejero».

Veltroni sale al paso

En los mismos términos se expresó el alcalde de Roma, Walter Veltroni, quien aclaró que «los niños son todos iguales. Si van juntos al colegio tienen que seguir juntos. No se les puede separar con la premisa de que no pertenecen a nuestra cultura».

Los responsables de la moción señalaron que ante una situación de «ingobernabilidad» como ésta no se podía hacer otra cosa. Una medida radical para una situación digamos normal, niños que se pelean en el autobús.

Las voces en la calle son discordantes. Hay padres de familia que ven la medida exagerada y otros que se muestran más comprensivos, aunque todos están de acuerdo en que la solución no es iniciar un apartheid en Roma.

La situación en la capital italiana con los gitanos rumanos se estaba estabilizando después de varios meses en los que éstos habían estado en el ojo del huracán a raíz de la muerte con robo de una mujer italiana. Esa gota que colmó el vaso provocó una crisis internacional. El primer ministro rumano tuvo que viajar a Roma para aclarar que no todos son iguales y evitar que la medida – que el Gobierno de Prodi había propuesto – de expulsar a todo ciudadano que fuera considerado un peligro para la seguridad del país, se aplicara indiscriminadamente. Las cosas se aclararon, aunque muchos gitanos rumanos decidieron dejar el país, y las cosas volvieron a la normalidad, hasta esta semana.

En Roma, según datos de Cáritas, hay 665.000 menores extranjeros, 120.000 de los cuales son de etnia gitana rumana. Unas cifras que según las estadísticas tienden a aumentar, afirmando que para 2050 en los colegios habrá más alumnos extranjeros que italianos.

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